tag:blogger.com,1999:blog-40950692260943164562024-03-16T07:20:43.656+01:00 Rincón Creativo de Edgar K. YeraUn lugar en el que plasmo lo que siento, pienso e imagino...Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.comBlogger136125truetag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-64718650941417650412020-06-30T16:09:00.006+02:002022-01-24T16:12:37.986+01:00Unicornio Rosa: Capítulo 2 "La pastilla y el arcoíris"<span id="docs-internal-guid-8f5c8a45-7fff-bbfc-8841-11f9a4a2bfe4"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><u>Unicornio Rosa</u></span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">¿Quieres huir?, ¿encontrar tu lugar en el mundo? ¿Qué esperas encontrar allí dónde vayas?, ¿quién eres? El viaje empieza en tu interior. ¿Anhelas ese unicornio rosa con el que siempre soñaste?, ¿puede el poder de la imaginación acercarte a la realidad que deseas experimentar? Un impulso te ciega, la creencia de poder alcanzar una respuesta, aquella que le dé sentido a todo lo que te rodea, a todo lo que eres. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">¿Eres una ilusión real, o una realidad ilusoria?</span></p><div><span style="font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><u><br /></u></span></div><div><span id="docs-internal-guid-933e54b8-7fff-c559-e036-36f819bbe53d"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><u>La pastilla y el arcoíris</u></span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Llevaba una semana de vacaciones, aquel anciano de ojos azules no había vuelto a aparecer. Fui a la piscina en dos ocasiones más aquella misma semana. Pregunté a varias personas, nadie lo había visto, no sabían de quien les hablaba. Me daba un chapuzón, escuchaba música, me tomaba un café descafeinado con hielo o un helado. Esquivaba las miradas de aquel niño come pies rosas. En una ocasión me acerqué a él, cuando su madre se había ido al baño. </span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¿Qué miras tanto, enano? - le pregunté -. </span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- Tus tetas - me contestó el pequeño hijo de…-</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Me agaché de cuclillas y lo miré fijamente a los ojos, puse mi voz lo más dulce posible.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¿Me dejas darle una chupadita a tu pie? - por poco se le cae el helado en el césped -.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Sin articular palabra me alcanzó su pie rosa, lo cogí, me puse en pie y lo lancé. Impactó de lleno en la calvorota de aquel señor, que volvía a estar en el mismo lugar de siempre, con sus gafas reflectantes y sus intermitentes miraditas. Di media vuelta como si tal cosa, oí gritar a aquel hombre mientras caminaba hacia el borde de la piscina, sin mirar atrás.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¡Jodido niño del demonio! ¡Te vas a enterar cuando vuelva tu madre!</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- No, yo, no... - pude oír como balbuceaba el mocoso - .</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Me tiré al agua haciendo la bomba, triunfo total. Dos pájaros de un tiro, un molesto gorrión y una grulla con melena. Al regresar la madre del niño, aquel hombre le dijo lo que creía que había hecho su hijo, esta lo increpó, el pequeño se defendió diciéndole que él no había sido, que había sido yo quien le tiró el helado a la cabeza. La madre se dirigió a mí y me lo preguntó, yo lo negué, y no me volvió a molestar con el tema. No estaba segura de si saldría airosa de aquello, pero así fué. Estaba animada, quería celebrar el hecho de estar y sentirme viva, y de nuevo la vida le ponía facilidades a uno de mis deseos, esa misma noche había fiesta en casa de Emilio, el chulo guaperas de Emi. Un momento... rebobino, he recordado aquella sensación de libertad. Caminando hacia el borde de la piscina, oyendo a aquel hombre calvo con melena gritar al mocoso mirón, lanzándome al agua haciendo la bomba. Fue en ese instante, zambullida, burbujeando por la nariz, lo recuerdo a cámara lenta, y esa plena satisfacción, el gozo de la libertad, la dicha. Es bonito y triste, agridulce, melancólico, recordar aquello ahora que me encuentro a las puertas de la muerte.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Supongo que os habréis preguntado por qué iba sola a la piscina, la respuesta es sencilla, tengo buenas amigas y un gran y mejor amigo (pronto os hablaré de él), pero la mayor parte del tiempo soy una loba solitaria, amante de la introspección y la reflexión, y sobre todo del silencio. Pero aquel día tenía muchas ganas de festejar, y aquella noche lo íbamos a petar en casa de Emi. A parte de ser el guapo de clase y lucir esas envidiables abdominales, Emi tenía un casoplón con piscina, y sus padres lo dejaban solo casi cada fin de semana durante todo el verano, así que allí se celebraban las mejores fiestas que os podáis imaginar. Emi no era mal tipo, le gustaba lucirse, pero era muy divertido y honesto, no se mofaba de nadie, y era respetuoso con las chicas. Al llegar a la fiesta, sobre las once de la noche, nos juntamos; Gloria, Julia, Eli y yo, pero al rato ya me encontraba paseando de aquí para allá con Isma, mi mejor amigo. Él era mi mayor confidente, quién más me entendía. Nos lo pasábamos bomba juntos, reíamos como locas, bebíamos como cosacos y bailábamos contoneándonos como lobas en celo. Llevábamos tres o cuatro vodkas con limón, eran la una de la mañana, lo recuerdo bien, entramos en la cocina y vi la hora en un gran reloj de pared con forma de estrella de mar, cuando nos topamos con nuevos agregados a la fiesta, eran Lucas y Juanra, se estaban liando unos petas en la mesa de la cocina. Entonces entró Emilio a buscar algo y les llamó la atención, les dijo que no liaran porros en su casa y que mejor se fueran a fumar a la puta calle. Se marcharon sin decir nada, al pasar por mi lado, Lucas me sonrió, me guiñó el ojo y me susurró al oído << hey guapa, ¿que tal?>>, le dije a Isma que los siguiéramos, él me insistió en que no lo hiciéramos, pero sé que entonces, y en cualquier otra ocasión, lo decía conscientemente en vano. Isma me conoce muy bien, y sabe perfectamente que si me intereso por algo voy a por ello, sin duda ni demora. Lo que desconocía era el por qué quería seguir a Lucas y Juanra, esa cuestión no se la había explicado a nadie, ni siquiera a Isma, mi mayor confidente. Las que leéis estas letras os enteraréis, tarde o temprano, pues esta es una de las claves que me han llevado a tomar mi última decisión, para que os hagáis una idea de la importancia del asunto.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En fin, seguimos a esos porreros sin invitación, a los cuales había que alejar, preferiblemente sin malos rollos, eso Emi y los demás lo sabíamos perfectamente. Como ya imaginaba no se habían ido fuera del recinto de la casa, estaban sentados en el césped, tras unos setos que delimitaban la piscina con el paseo rústico de la entrada.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¡Hey, Mariana! - me dijo Lucas al verme - ¿Quieres fumar? - me preguntó seguidamente, acercándome el porro con pose chulesca -.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Era por Lucas que quería seguirlos, pero en aquel momento, por extraño que pudiera parecer, no quería que estuvieran allí, ni Isma ni Juanra. Necesitaba estar a solas con el tipo más temido del insti. Así que le cogí el peta, fingí darle una calada, y le dije que fuéramos a dar una vuelta fuera. Juanra e Isma se sorprendieron, pero no dijeron nada. El inseparable amigo de Lucas se quedó allí sentado apurando lo que quedaba de aquel cigarro apestoso, y yo le susurré a Isma que me esperara en la fiesta, que pronto volvería con él.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Lucas y yo nos fuimos dando un paseo y llegamos a un parque, allí nos sentamos en un banco a contemplar el cielo negro, las estrellas y la luna difusa por un halo naranja.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¿Qué quieres de mí? - me preguntó, Lucas, sin titubear ni mirarme a la cara -.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- He pillado un par más.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Entonces sí que me miró fijamente y con cara de pasmado, el muy incrédulo estaba totalmente alucinado. Saqué una bolsita de mi bolsillo, dentro había un par de pastillas, una azul y la otra rosa, ambas con el símbolo de una cabeza de unicornio. </span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¿Te apetece repetir? - le pregunté -.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Media hora más tarde la escena se tornó de lo más psicodélica para uno de los dos, y terriblemente perversa para el otro.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¡Debo seguir el arcoiris, tengo que cruzarlo para encontrar el tesoro del Leprechaun!</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> - gritaba eufórico, Lucas - .</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¡A la de tres, corre a por el tesoro! ¡Una, dos, y… tres! - le espeté -. </span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Lucas arrancó a correr entre la maleza y enseguida halló el arcoíris, reflejado en las luces de un camión que cruzaba la autovía que teníamos en frente. El impacto fue brutal, la sangre llegó hasta donde yo me encontraba. </span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Meses antes habíamos tomado un par de éxtasis igualitos a los de ahora, en apariencia. Pero, esta vez, mi pastilla era de azúcar coloreado de rosa, y su pastilla azul era una pequeña bomba de ácido lisérgico. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Aún, a día de hoy, a las puertas de la muerte, sé que para Lucas nunca hubo una violación, ambos estábamos extasiados, en su habitación… pero le dije que no, varias veces, y su excitación pasó a ser una violenta descarga de la que no pude huir.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">¿Tesoros de Leprechaun tras el arcoíris? Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro, eso sí que es cierto, un buen amigo es como una parte de ti misma que hace del mundo un lugar mejor, alguien a quien confiar tus secretos más íntimos, alguien que te apoya cuando lo necesitas, que te escarmienta cuando urge, y que disfruta de tus alegrías, y es que, ¿qué sentido tiene la felicidad si no es compartida?. Aún así, existen ciertos secretos inconfesables, incluso para un mejor amigo, sobre todo si el secreto es que has matado a alguien y sabes que tu confidente no podría soportar llevar tal peso en su consciencia. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Isma me abrazaba mientras yo sollozaba, en parte por la euforia y por el inevitable sentimiento de culpabilidad, en parte fingiendo una tristeza inexistente, por la misma euforia y el increíble sentimiento de poder y libertad. Yo misma llamé a la policía, y les expliqué lo mismo que ahora le contaba a Isma. Lucas tenía un tripi de lsd, insistió en compartirlo conmigo, yo me negué, él se lo tomó enterito, y el resto ya os lo podéis imaginar. Por suerte no hubo heridos tras el impacto, una sola muerte, rápida, instantánea, y muy grotesca, ciertamente. El asfalto, la maleza, y mi vestido acabaron como lienzos de la época roja de Jackson Pollock o, mejor dicho, de Jack el destripador.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Me llevaron al hospital, llamaron a mi madre, la cual al verme me abrazó tan fuerte que casi me rompe los huesos. Estuve en observación un día, y me obligaron a asistir durante el resto del verano, dos veces por semana, a terapia psicológica. Pronto os hablaré de aquellas sesiones, en parte también son clave de mi situación presente. Pero mi mayor terapia, la más efectiva y satisfactoria, fue la insuperable amistad de Isma.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Isma es un chico de mi edad, nos conocemos desde los tres años, siempre hemos ido juntos a la escuela. Tiene un par de características especiales, para mí son superficiales, pero de gran importancia para el resto del mundo. Él es gay y de padre marroquí, su madre es catalana. Él nació aquí, en St. Celoni. Los demás (no todos, claro está) ven en él a un maricón o a un moro, o ambas cosas, eso es lo que él mismo dice cuando se siente dolido por su ambiente más cercano. Sus padres conocen su orientación sexual. A su padre le costó un poco aceptarlo, hasta que, gracias a la divina consciencia, se dio cuenta de que no debía aceptar nada, solo amar a su hijo tal y como fuera, tal y con lo que le hiciera feliz.</span></p><span style="font-family: georgia;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: georgia; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Todo el mundo, (lo sé, tiendo a generalizar cuando lo creo conveniente, y rechazo la generalización cuando me parece oportuno)... todo el mundo cree que tiene razón, que posee la verdad, algo así como un “todos son imbéciles menos yo”, es tan habitual como poco acertado en esta sociedad, sobre todo a partir de la existencia de las redes sociales, ese collage de carpesano, esa exposición de recortes de fotografías y aforismos que lucían nuestros padres en las carpetas del colegio, una colección de retales que conforman una bonita máscara con la que codearse en el gran baile de disfraces de la red. En fin, hay que conservar y luchar por lo auténtico, lo real, lo que te desgarra la piel del alma y te hace vibrar, lo que te hace sentir viva, como la verdadera amistad. Pero la verdadera amistad es amor, y el amor duele, sobre todo cuando se pierde o se rompe. Con Isma nunca sucedió ni sucederá, mi muerte se acerca, es inminente, y habremos sido amigos para siempre. Pero tuve otras amistades que si perdí o se quebraron. Recuerdo de manera triste a Franky, fue un gran amigo, pero un cáncer social destruyó nuestro vínculo poco a poco, hasta llegar al tuétano de nuestra unión, y gangrenar todo el amor que existió entre nosotros. Aquella metástasis de las relaciones humanas se llamaba y continúa llamándose; racismo, y este, como cualquier cáncer, si no se cura a tiempo, destruye todo lo bueno que se encuentra a su paso, desde nuestras células sanas a nuestras emociones positivas. Franky fue un buen amigo, nos reímos mucho juntos, compartimos penas y secretos, y hoy día es otro imbécil de turno. Puto racismo, y panda de gilipollas los que lo mantienen con vida. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-8tta3OnSTAw/XvtHiDe0FRI/AAAAAAAAQII/sOTm4lCSydM30z3Q53phXNu5rVTLiA1BQCK4BGAsYHg/s225/descarga.jfif" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" src="https://1.bp.blogspot.com/-8tta3OnSTAw/XvtHiDe0FRI/AAAAAAAAQII/sOTm4lCSydM30z3Q53phXNu5rVTLiA1BQCK4BGAsYHg/descarga.jfif" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>¿Continuará?</i></div><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span><p></p><div><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div></span></div></span>Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-55897459146910648172020-06-29T16:32:00.002+02:002020-06-30T16:18:11.126+02:00Unicornio Rosa: Capítulo 1 "Modo Aleatorio"<span id="docs-internal-guid-d7aaa2cb-7fff-0772-2032-304e32569c07"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-weight: 700; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><u>Unicornio Rosa</u></span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">¿Quieres huir?, ¿encontrar tu lugar en el mundo? ¿Qué esperas encontrar allí dónde vayas?, ¿quién eres? El viaje empieza en tu interior. ¿Anhelas ese unicornio rosa con el que siempre soñaste?, ¿puede el poder de la imaginación acercarte a la realidad que deseas experimentar? Un impulso te ciega, la creencia de poder alcanzar una respuesta, aquella que le dé sentido a todo lo que te rodea, a todo lo que eres. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">¿Eres una ilusión real, o una realidad ilusoria?</span></p><u><br /></u><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-weight: 700; text-decoration-line: underline; text-decoration-skip-ink: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><u>Modo aleatorio</u></span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Mi nombre es Mariana, tengo dieciséis años y vivo en Sant Celoni, un pueblo de la provincia de Barcelona. Pero nada de eso importa, porque sé lo que soy en realidad, y ni mi nombre, ni mi edad, ni el lugar en el que vivo tienen una connotación real. Soy energía en movimiento, esa es la única verdad que concibo. Hace poco que tengo muy clara en mi mente esta premisa, y estoy a las puertas de mi siguiente paso, la muerte. No tengo nada más que hacer aquí, en este plano terrenal. Pero antes de concluir os voy a explicar la historia que me llevó a tomar esta última decisión. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Todo empezó hace tres meses, al acabar el último curso de secundaria. Por aquel entonces tenía muchas otras cosas en la cabeza, y todo el verano para disfrutarlas.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El primer día de vacaciones, bien entrada la mañana, me fui a la piscina de un pueblo cercano, ya que aquí en Sant Celoni aún no tenemos una piscina pública en condiciones, y aunque muchos partidos políticos, durante las elecciones, prometieron construir una, aún no han empezado a hacerlo. En fin, me puse mi bañador y un pareo, agarré mi bolsa con la toalla, el monedero y mi teléfono móvil, cogí el autobús y me fui a la piscina de Llinars. Solo llegar planté mi toalla en el césped, dejé el bolso tapado por el pareo, y me tiré de cabeza al agua, ni siquiera pasé por la ducha, es obligatorio, pero el socorrista no estaba al caso. Hacía un calor terrible, muy cerca de los cuarenta grados. El primer chapuzón es el mejor, no hay duda. No soy de estar demasiado tiempo en el agua, una vez empapada me estiré en la toalla, y me puse los auriculares, para escuchar un par de temas del nuevo disco de Madonna. No tardé en percatarme de las miraditas de aquel niño, un crío de unos diez años, un mocoso mirón. Mis pechos han crecido una barbaridad este último año, y hace ya un par de años que apareció un sensor en mi mente, al estilo de Spiderman, un sentido arácnido que se activa ante las miradas lascivas y el deseo sobre mi cuerpo, tanto de niños precoces como de hombres de cualquier edad.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Ese renacuajo me miraba fijamente mientras lamía un estúpido helado rosa con forma de pie, no debía de tener más de diez añitos, su madre estaba sentada a su lado de espaldas a mí, y enfrente de ellos había un señor de unos cincuenta, un calvo con melena como diría mi amiga, Julia. Aquel hombre también me lanzaba miradas cada cierto tiempo, a través de sus gafas de sol reflectantes, no podía ver sus ojos, pero aún así... creo que los que llevan gafas de sol creen que una no se da cuenta si la miran fijamente, pero no es así. Yo noto si me están mirando, incluso si el observador anda detrás mío. No estaba nada mal el nuevo LP “Madame X”.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Me fui a la terraza del bar, me senté en una mesa y pedí un café descafeinado con hielo, me gusta el sabor, pero no tolero bien la cafeína. Unas semanas antes había tomado un café en casa de Gloria, una de mis mejores amigas, mi corazón se puso a mil por hora, fue horrible.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Fue en ese instante, cogí el vaso de café descafeinado con hielo y le di un sorbo, cuando se sentó un abuelo en una de las tres sillas vacías de la mesa donde yo estaba, sin pedirme permiso. Y así sin más me empezó a hablar, como si me conociera de toda la vida.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- Hola, Mariana. ¿Qué tal la mañana? ¿Calurosa, no crees? </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¿Disculpe? -le pregunté con socarrón respeto-. ¿Le conozco?</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- Sí, claro, pero no me recuerdas.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- Ah, sí.. y ¿de qué lo conozco?</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Aquel abuelo, tendría unos setenta y largos, ochenta años, cabello largo y blanco ceniza, barba y bigote del mismo color, y gafas de sol oscuras. Pensé que no lo había visto antes, ni en aquel ni en otro lugar. Con una constante sonrisa en sus labios, y dentadura perfecta, postiza, quizás. Se levantó las gafas y me miró fijamente, de una manera casi tierna, con sus ojos azul cielo, una mirada clara, casi transparente.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- No creo que me recuerdes, Mariana. Cuando nos conocimos ni tan siquiera te llamabas así.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Debo confesarlo, aquello me asustó, incluso pensé en levantarme e irme de allí, pero algo me lo impedía, una fuerza misteriosa. Creo que, de algún modo, me hipnotizó. Y no pude hacer otra cosa que continuar con aquella extraña conversación.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- Y… ¿como me llamaba, entonces?</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- Quim, ese era tu nombre.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- ¿Quim? Es nombre de chico.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- Eras un chico.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Y una vez dijo aquello se puso en pie, me dijo que nos volveríamos a ver pronto, se colocó las gafas de sol de nuevo y se marchó por donde vino. Yo me quedé allí durante un largo rato, completamente atónita. No sabía cuánto tiempo estuve allí quieta, sin pensar en nada, incapaz de salir de mi asombro. ¿Podría ocurrirme algo más extraño que aquello? Pues sí. Fui a la barra a pagar el café con hielo, y le pregunté a Maite si conocía a aquel anciano de larga melena plateada. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> - ¿Qué anciano? - me preguntó -. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- Ha estado ahí sentado conmigo - le señalé -. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">- No he visto a nadie contigo en toda la tarde... </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">¿Toda la tarde? <<pensé>>. Volteé la cabeza, todos se habían marchado. Miré el reloj de pared del bar, eran las siete y media de la tarde. ¿Cuántas horas había estado allí sentada? ¿me había dormido?</span></p><span style="font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Esto fue solo el principio de una larga lista de acontecimientos inusuales, los cuales me llevaron al punto en el que ahora me encuentro. Aquel primer día de vacaciones me reservó una última sorpresa. De camino a casa puse en el reproductor el modo aleatorio, la primera canción que empezó a sonar era del grupo de pop inglés “The gold punishers”, el tema se titulaba “¿Where is my pink unicorn?” y el estribillo rezaba; “</span><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: arial; font-size: 11pt; font-style: italic; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">It will come after you, be patient, the pink unicorn disguises itself as anything, from anyone, like that blue-eyed old man who watches you closely</span><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">” que significa algo así como; “Vendrá a por ti, ten paciencia, el unicornio rosa se disfraza de cualquier cosa, de cualquier persona, como ese anciano de ojos azules que te observa de cerca”...</span></span><div><span><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span></div><div><span><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span></div><div><span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-NnCoxCMeqfE/Xvn7BaSEdKI/AAAAAAAAQHg/XEB3g80foD02pxvo-Z6vBn_nofLUMQBgQCK4BGAsYHg/s225/descarga.jfif" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" src="https://1.bp.blogspot.com/-NnCoxCMeqfE/Xvn7BaSEdKI/AAAAAAAAQHg/XEB3g80foD02pxvo-Z6vBn_nofLUMQBgQCK4BGAsYHg/descarga.jfif" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Continuará...</i></div><span style="background-color: #f8f9fa; font-family: arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span></div>Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-70837347352359003402020-05-14T16:40:00.001+02:002020-05-22T16:19:17.817+02:00En Memoria de ElisabethEran veintitrés alumnos, chicas y chicos de trece años, más dos profesores, Ramón de educación física, y María, tutora y maestra de lengua castellana y matemáticas. Todos estaban sentados en el suelo, creando un gran círculo. El ritual consistía en ir saliendo uno a uno, poniéndose alguien en el centro, para hablar sobre Elisabeth a los demás presentes, a través de los recuerdos más significativos.<br />
<br />
- ¿Quién quiere empezar? -preguntó María, la tutora, quien como el resto estaba sentada en el círculo-.<br />
<br />
- ¡Yo, quiero empezar yo! -exclamó una niña de cabello oscuro y ojos verdosos-.<br />
<br />
- Está bien, Irene, empieza tú si así lo deseas. Eres la persona idónea para abrir este bonito acto en memoria de Elisabeth.<br />
<br />
Irene fue la mejor amiga de la pequeña Elisabeth. Eli, como la llamaban sus compañeros. Era más bajita que el resto, hablaba menos que los demás, y cuando lo hacía costaba entenderla. Tenía unas gafas de cristal grueso, sus ojos se veían aumentados con aquellas lentes, y siempre llevaba el pelo recogido, una larga cabellera rubia en una coleta de caballo.<br />
<br />
Irene se puso en pie y se dirigió al centro del corro. Extendió sus brazos a ambos lados de su cuerpo, en posición de cruz, y los dejó caer de sopetón, palmeando sus muslos con ambas manos. Antes de pronunciar una sola palabra, resopló e inspiró de manera entrecortada, y dos enormes lagrimones cayeron por sus mejillas. Se secó con la manga de su camisa, y entonces sí, empezó a recordar a Elisabeth, y a explicar sus experiencias junto a ella.<br />
<br />
- Recuerdo el día que llegó Eli, todos lo recordamos, ¿verdad?, fue a mitad de curso de sexto. Ella venía de otro país, era muy distinta a todos nosotros, y no por ser de otro lugar, y tener costumbres diferentes a las nuestras. Ella era muy distinta al resto, y tampoco era por sus desca…<br />
<br />
- Discapacidades -le apuntó María-.<br />
<br />
- Sí, discapacidades. Lo era por su… porque era especial, única. Lo amaba todo, era muy apasionada y cariñosa, no había nada malo en ella.<br />
<br />
Irene esta vez rompió a llorar con ganas, no pudo seguir hablando durante un rato, por un momento pareció eternizarse, pero pronto paró en seco, volvió a secarse con la manga, y continuó.<br />
<br />
- Perdón, amigos. Elisabeth se convirtió en mi mejor amiga, pero algunos no fueron buenos con ella. Se burlaban, la empujaban… Pero aún así, ella no dejaba de quererles, de ser generosa. Estoy convencida de que, esté donde esté, seguirá llevándonos en su corazón.<br />
<br />
El grupo entero aplaudió la intervención de Irene. Muchos de ellos lloraban a moco tendido, incluso María, la tutora, no pudo reprimir el llanto.<br />
Uno a uno fueron saliendo al centro del círculo los compañeros de Elisabeth, explicando cada uno de ellos sus experiencias con ella. Y le llegó el turno a Alberto, el líder de la cuadrilla de abusones, los que más se burlaron de Elisabeth durante los tres años que fueron juntos a la escuela.<br />
<br />
- Todos sabéis que yo, junto a otros, no fuimos buenos con Eli. Lo siento, de verdad, fuimos crueles… Pero lo peor fue no dejarla ir de fin de curso, y de eso son responsables nuestra tutora, María y Ramón. Se negaron a que ella viniera. ¿Quién puede culparlos ahora?<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
La madre de Elisabeth no sabía cómo explicarle que no volvería a ver sus compañeros de escuela, aunque ahora iría al instituto, ninguno de ellos podría ir.<br />
El autocar, de vuelta del viaje de fin de curso, no llegó a su destino.<br />
<br />
<div>
Ahora todos recordaban a Elisabeth sentados en un gran círculo.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-z8T3_73TXRA/XsAE4Szt2hI/AAAAAAAAPRY/GlVt4Hyvk-0i5Ug4koXKNUSYJjMZsyMcwCNcBGAsYHQ/s1600/autocar-escolar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="553" data-original-width="800" height="221" src="https://1.bp.blogspot.com/-z8T3_73TXRA/XsAE4Szt2hI/AAAAAAAAPRY/GlVt4Hyvk-0i5Ug4koXKNUSYJjMZsyMcwCNcBGAsYHQ/s320/autocar-escolar.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Fin</div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<span id="goog_198959042"></span><span id="goog_198959043"></span><br />
<br />
<br /></div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-5482788426132802192019-06-13T17:37:00.001+02:002020-05-22T16:18:39.035+02:00Elixir<span id="docs-internal-guid-46e28662-7fff-814b-bb7b-c92798e7f3c9"><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Lentamente los incisivos van rasgando la piel, acto seguido la boca baja ligeramente, lo suficiente para que los caninos se introduzcan por la leve herida del cuello, la corona se transforma y el marfil se afila, los dientes se tornan colmillos y penetran en la yugular. Brota la sangre y esta es bebida sin prisas y sin pausa, con extremo deleite. Las pupilas se encienden como brasas incandescentes. Así me alimento contigo, tu sangre es mi elixir. </span></span><br />
<span><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-ZxQeJzFAveo/XQJs9wyJ-TI/AAAAAAAALVI/AWoMVA2A1lwFbTSrJl0FiUFb5hXtaKYAQCLcBGAs/s1600/03_1024.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="240" src="https://1.bp.blogspot.com/-ZxQeJzFAveo/XQJs9wyJ-TI/AAAAAAAALVI/AWoMVA2A1lwFbTSrJl0FiUFb5hXtaKYAQCLcBGAs/s320/03_1024.jpg" width="320" /></a></div>
<span><span style="font-family: Arial; font-size: 11pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span>Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-77116633819445638962019-06-04T17:36:00.003+02:002019-06-04T21:06:53.877+02:00ElisabethUn arañazo en la espalda puede ser un acto apasionado mientras haces el amor, pero también puede ser el primer síntoma del terror más puro, sobre todo si cuando te lo hacen estás completamente solo y a oscuras, sentado al borde de la cama, reflexionando sobre otros asuntos paranormales que vienen sucediéndose desde hace unos pocos días.<br />
<br />
Esa ventana que se abre durante la noche, esa brisa que recorre tus sábanas y te acaricia el rostro, ese beso en la frente que te despierta con un sobresalto… Hará tres días que alguien empezó a visitarme en mi habitación, un espectro, un ente que me desea. ¿Quién podría ser? La espalda me sangra y empiezo a recordarla. Es ella, Elisabeth, mi difunta ex novia. Regresa a mi mente el momento exacto que corté nuestra breve pero intensa relación, las palabras que me dijo antes de marcharse para siempre, ¿para siempre?, eso creía.<br />
<br />
<div>
Me dijo: “nadie me ha hecho sufrir tanto como tú, y prometo que muy pronto te arrepentirás de todo el dolor que me has causado”.<br />
<br />
Una semana más tarde me enteré de su suicidio, aquella misma noche que nos vimos por última vez... ¿última?, no, ella está aquí de nuevo, ha vuelto para cumplir su promesa de venganza.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
No entiendo como es posible que no fuera ella quien acabara con nuestra relación, después de todo, ella tenía razón, fui muy cruel con Elisabeth, cada uno de los días que estuvimos juntos. Pero acabé por aburrirme.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Siento un dolor indescriptible en mi vientre, aparecen moratones en mis muslos, y empiezo a sangrar por el recto… su venganza se está consumando, es un ojo por ojo y diente por diente.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Han pasado dos días, sigo con vida, y el espíritu vengativo de Elisabeth ha dejado de visitarme. No concilio el sueño, el dolor físico ha cesado, pero ahora es más intenso, está en mi sangre, en mi alma. Creo que solo hay una manera de acabar con este sufrimiento, del mismo modo que lo fue para ella. Este es, sin lugar a dudas, el final que merezco. </div>
<div>
<br /></div>
<div>
Pero una vez yo muera, no sentiré la necesidad de venganza que sintió ella, no iré a visitar a nadie. Pues para mí... no debe haber lugar en este mundo.</div>
<div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-family: "arial"; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-V8N4yKlPpJg/XPaMOT8BW5I/AAAAAAAALP4/OH5tb2v96-AicaVMVH55LKfNn3mqQAdwACLcBGAs/s1600/los.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="558" data-original-width="992" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-V8N4yKlPpJg/XPaMOT8BW5I/AAAAAAAALP4/OH5tb2v96-AicaVMVH55LKfNn3mqQAdwACLcBGAs/s320/los.jpg" width="320" /></a></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-family: "arial"; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><br /></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-family: "arial"; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;">Fin</span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-family: "arial"; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><br /></span></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<span style="background-color: transparent; color: black; font-family: "arial"; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><br /></span></div>
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Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-66553606848787644602019-05-10T16:19:00.001+02:002020-05-22T16:18:07.818+02:00Villa TruequenaOcurrió hace más de mil años, o quizás dos mil, un día de primavera en el que todo el pueblo olía a flores de cerezo y almendro. Zona rural, casitas de piedra, madera y arcilla. Las gentes de allí se dedicaban al pastoreo, a las granjas de ovejas, vacas, gallinas y cerdos, y al cultivo de maíz, pipas de girasol, hortalizas y tubérculos. La fecha de los acontecimientos data de cuando Matusalén perdió la zapatilla, hará tres mil o quizás cuatro mil años. <br />
<br />
Mi nombre es Griselda, tengo doce años. La abuela de la abuela de la abuela de mi abuela, y puede que algunas abuelas más atrás... una de ellas, por aquellos años, vivió en aquel pueblo, estuvo presente en el meollo de lo que allí pasó. Ella se lo explicó a su hija y esta a la suya, y así hasta el día en el que mi mamá me lo contó a mí. Y ahora yo la escribo, para que la pueda leer quien quiera. <br />
<br />
Mi ta-ta-ta-ta-tara abuela se llamaba Griselda, ¡sí! como yo. Paseaba aquel día de hace miles de años, un día de primavera, saboreando los aromas de flores de cerezos y almendros, con su canasto de mimbre repleto de frutas frescas, camino del mercado a su hogar. En aquel mercado ni se vendía ni se compraba nada, era lugar de trueque, allí cambiaban frutas por leche, leche por miel, miel por legumbres, legumbres por pan, y así hasta que todas las aldeanas y aldeanos tuvieran todo lo necesario y variado para disfrutar de todo lo que allí conrearan, cultivaran u ordeñaran. ¡Sí! en aquel pueblo no existía el dinero, solo el trabajo y el reparto de lo recolectado. ¡Qué maravilla! pensé el día que por vez primera me explicó esta historia mi mamá. Pero… ¡ay! siempre tiene que haber “peros” en las historias maravillosas. Un buen día la cosa empezó a torcerse, el mismo día que llegó al pueblo un hombre alto, delgado y con un infame bigote bañado en cera de abeja. El señor, Piter Potter Pots. La gente del pueblo, al poco de conocerlo mínimamente en profundidad, empezaron a llamarle el señor Trespés, por su nombre y apellidos, sí, pero sobre todo por pretencioso, presumido y pedante, una combinación exacta de esos defectos era la actitud imperante en Trespés. Se las daba de gran conocedor en cualquier materia, según él era el mejor cultivador, pastor y agricultor que había sobre la faz de la tierra, sin embargo, en todo el tiempo que permaneció en Villa Truequena nadie le vio dar un palo al agua. Pero bien que tenía que comer y beber, y tener un hogar en el que cocinar y dormir. Así que el día que llegó, sin más equipaje que su bigote encerado, el hombre se dirigió al mercado con su pose curvada y sus pasos de flamenco patilargo. Se detuvo frente al puesto de patatas, zanahorias y remolachas y sonrió con una extraña mueca a doña Agustina, mostrando varios dientes perlados y otros de negro hollín.<br />
<br />
- Buenos días, señora.<br />
<br />
- Buenos días, forastero.<br />
<br />
- ¿Me daría usted cuatro de cada?<br />
<br />
- Aquí no damos nada, intercambiamos.<br />
<br />
- Sin duda, señora. Usted me da lo suyo, y yo le daré mañana el doble de lo que me dé, en lo que usted quiera. Puedo conseguirle lo que desee y en abundancia.<br />
<br />
Así era el señor Trespés. Y la gente del pueblo no era tonta, pero desconocían la avaricia y el engaño, y aquel hombre era experto en ambas cosas. Un vende humos de los de antaño, un publicista, un político, un banquero de los de ahora. Y eso es lo que creó en Villa Truequena a los seis meses de vivir allí, el primer banco del mundo. Tras conseguir que varias personas trabajaran para él, en materias de las que se consideraba tan preparado, tras conseguir que le construyeran una mansión como jamás la había habido allí, tras pagar a los que le dieron víveres con otros que cultivaban y conreaban para él. Tras conseguir todo aquello con tan solo palabras, promesas, falsas sonrisas mientras se acicalaba el bigote y mentía a todos sin tapujos ni escrúpulos. Creó un banco y con él, el dinero, y con este, la deuda. <br />
<br />
<div>
A los tres años de la llegada del señor Trespés a Villa Truequena, al pueblo no le quedó ni el nombre, por aquel entonces, aquel lugar se pasó a llamar Deudalandia, y los aromas pasaron a ser; de flores de almendro y cerezo a humos de pólvora y ceniza.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Algunos cuentan este cuento como una historia de prosperidad, de civilización y beneficios, pero tanto mi ta-ta-ta-ta-tara abuela Griselda como yo, bien supimos y sabemos que la llegada del señor Trespés fue una desgracia, y que las aldeanas y aldeanos de Villa Truequena pasaron de ser afortunados, a ser; ricos o esclavos. <br />
<div>
<span style="background-color: transparent; color: black; font-family: "arial"; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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<a href="https://2.bp.blogspot.com/-ija7w4Ie9JQ/XNWHQ8oeetI/AAAAAAAALDg/rHwXScb1iaA75wpb9pK6aPBlWAPDNh4eACLcBGAs/s1600/1516985339_058099_1516987049_sumario_grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="801" data-original-width="1200" height="213" src="https://2.bp.blogspot.com/-ija7w4Ie9JQ/XNWHQ8oeetI/AAAAAAAALDg/rHwXScb1iaA75wpb9pK6aPBlWAPDNh4eACLcBGAs/s320/1516985339_058099_1516987049_sumario_grande.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Fin</div>
<div>
<span style="background-color: transparent; color: black; font-family: "arial"; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><br /></span></div>
</div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-75673100253561940362018-11-15T16:40:00.002+01:002020-05-22T16:17:53.190+02:00El Bosque EternoLa madre de Violeta se acercó a esta con un humeante plato, la pequeña estaba sentada a la mesa.<br />
<br />
- Hoy he preparado algo que jamás había hecho, lentejas con chorizo.<br />
- Uf, lentejas, buaj -se quejó Violeta- no me gustan las lentejas.<br />
- ¿Las has probado alguna vez?<br />
- No, pero sé que no me gustarán. Prefiero un plato de los espaguetis que sobraron ayer.<br />
- ¿Estás segura? Pruébalas al menos, y si de verdad no te gustan, te pondré un plato de espaguetis.<br />
<br />
Violeta observó las lentejas, la verdad es que olían muy bien, pero la pinta no le pareció apetitosa.<br />
<br />
- Pruébalas, cariño -insistió su madre-.<br />
<br />
Violeta cerró los ojos y apretó los puños.<br />
<br />
- ¡No quiero!<br />
<br />
Cayetana, la madre de la niña, no insistió más. Le quitó el plato de lentejas y fue a calentarle los espaguetis que sobraron del día anterior.<br />
<br />
Aquella misma tarde, Violeta paseaba por el pueblo, de camino a casa de su amiga, Rosalía, que se encontraba cerca del bosque que rodeaba Masdemboqueras. Todos en el pueblo decían que no había que adentrarse en aquel bosque, que era un lugar embrujado, y que todo aquel que allí entraba, no podría salir jamás. Los que antaño se aventuraron a explorar en la frondosidad de aquel bosque no regresaron, y los que fueron en su busca, tampoco.<br />
Violeta se acercó a la frontera entre el bosque y el pueblo, se detuvo muy cerca de una de sus entradas, unos árboles creaban un arco con sus ramas, formando un portal de cuento de hadas. Por un instante sintió ganas de cruzar aquel portal y adentrarse en el bosque. ¿Cómo era posible -se preguntó Violeta-, que si nadie había salido de allí, ciertas personas, sobre todo ancianas, contaran maravillas de aquel lugar? Ella no creía que al entrar no podría salir, que no existía ningún embrujo ni hechizo, que era un cuento que les explicaban a los niños para que no fueran allí y pudieran perderse. Ella confiaba en que no se perdería, que sabría regresar sobre sus pasos. Cerró los ojos, apretó los puños, y dio tres zancadas.<br />
Abrió los ojos, dos filas de enormes árboles custodiaban un camino de fina hierba, un sendero recto en el que se podía ver a lo lejos un claro abierto. Violeta sonrió satisfecha de su decisión, pensó en recorrer aquel estrecho camino y ver que había al otro lado del claro, que tan solo haría ese recorrido y regresaría al pueblo. Pensó que con eso ya se sentiría complacida, valiente por haberse adentrado en el bosque prohibido. Mentiras las de aquellos que dicen que de aquí no se puede salir una vez entras, -se dijo a sí misma en voz baja-. Saldré por el mismo lugar por el que he entrado. Y Violeta se giró para observar el portal cruzado, pero tras ella no había entrada ni salida alguna, en su lugar se había erguido un impenetrable muro de rocas y hiedra, y frente a ella un sendero, camino a lo desconocido. La pequeña, por primera vez en su vida, sintió un miedo atroz.<br />
Aún así no restó demasiado tiempo quieta, desbloqueó su parálisis con el ansia de encontrar otra salida, y se puso en marcha. Pronto se acabó el sendero y llegó al claro, ante ella se descubrió un paraje maravilloso, un edén puro y virgen. En mitad de aquella inmensa arboleda se encontraba una era verde esmeralda, con un lago de agua cristalina, el cielo estaba despejado y los rayos del sol iluminaban el lugar, como un gran foco sobre un escenario de ensueño. Pero para Violeta la visión de aquel hermoso paisaje era amenazante, incómodo y chocante, no por la viva naturaleza que la rodeaba, ni por los alegres animalillos silvestres que allí habían; coloridos conejitos saltarines, ardillas royendo nueces, y gacelas bebiendo del lago, sino por los humanos que allí festejaban; bailando en corros patateros, bañándose y jugando en el agua. Todos ellos eran ancianos y ancianas de cabellos largos y espesas barbas blancas, completamente desnudos, sin vergüenzas ni tapujos, radiantes y arrugados bajo el esférico celeste de fuego.<br />
Violeta no podía escapar de su asombro, la pequeña admiraba la escena boquiabierta y ojiplática. Y de nuevo tuvo que sacar fuerzas de donde no las tenía para arrancar de su cuerpo un movimiento tras otro y encaminarse hacia adelante, una inercia por su parte con total reparo. Procuró no acercarse demasiado a ninguno de aquellos ancianos desvergonzados y llegar al otro lado, donde de nuevo se erguía el bosque, para adentrarse entre los árboles que amurallaban la zona y encontrar una salida en aquel lugar que la devolviera camino al pueblo. Pasó lo menos cerca posible de aquellos que bailaban en un círculo, agarrados de las manos y dando saltitos con los pies. En ese instante, inesperadamente y provocando en Violeta un buen susto, le habló una dulce y aguda voz al oído.<br />
<br />
- ¿Te has perdido, pequeña?<br />
<br />
Violeta volteó la cabeza y se encontró de cara un colorido colibrí que se mantenía en el aire batiendo las alas velozmente.<br />
<br />
- ¿Me hablas a mí, pajarillo?<br />
- ¿A quién si no, pequeña?<br />
<br />
La niña no daba crédito a lo que sus ojos veían y sus oídos oían. Aún así se dispuso a hablar con aquel ave, pues toda ayuda en aquel momento era bienvenida para ella.<br />
<br />
- ¿Qué lugar es este, donde los viejos bailan desnudos, y los animales pueden hablar?<br />
- ¡Estás en el bosque eterno! Una vez entras aquí ya no podrás ni querrás salir jamás.<br />
- ¡Qué equivocado estás! ¡Deseo salir de aquí a la voz de ya!<br />
- Eso es porque aún no has saboreado los frutos, ni bailado las melodías, ni cantado las canciones, o escuchado los cuentos de este mágico lugar. ¿Ves a aquella anciana sentada bajo aquel almendro? Ella es Pruna, la mujer más antigua del bosque. Ella fue la primera en llegar. Habla con ella si tienes cualquier duda, tiene todas las respuestas que podrías esperar.<br />
Violeta se despidió del colibrí con una sonrisa y se dirigió a la anciana de larga cabellera plateada que meditaba sentada cual flor de loto bajo el almendro florecido.<br />
Ante ella se postró haciendo una reverencia, y la saludó con cortesía.<br />
<br />
- Buenas tardes, señora.<br />
- Buenas sean, hijita -le respondió Pruna-<br />
- ¿Sabe usted cómo puedo salir de este bosque mágico?<br />
- Ja, ja, ja, ja -rió la anciana- ¡Eres de lo más linda y divertida, pequeña!<br />
<br />
Violeta hizo una mueca, con media sonrisa y el ceño fruncido.<br />
<br />
- No bromeo, señora. Deseo salir de aquí, mi madre debe estar muy preocupada.<br />
- ¿Tu madre? ¿Ella está aquí, con nosotros?<br />
- No, desde luego que no. Ella está en casa, esperando a que yo regrese.<br />
- ¿En casa? No hay más hogar que el bosque eterno que yo sepa. Quién no esté aquí no está en ningún lugar. Una vez entras aquí no hay otro lugar al que ir. Venga, mi niña, ves a bailar, a cantar, a reír. Come los frutos de los árboles, bebe del agua del arroyo...<br />
<br />
Violeta interrumpió la charla de Pruna con lengua afilada y visible enojo.<br />
<br />
- ¡Basta!... por favor -titubeó- por favor, basta, señora. No puedo quedarme aquí ni un segundo más. Si usted no me ayuda, ya me voy yo sola en busca de una salida.<br />
- … Disfruta, salta, corre -continuó la anciana, como si las palabras de la niña nunca hubieran llegado a ser pronunciadas- juega y habla con los animales. Envejece aquí y no mueras nunca, olvida todo lo que has conocido antes, solo es aquí y ahora, no hay pasado ni futuro que reinen en el bosque eterno.<br />
<br />
Violeta arrancó a correr desesperada, sin mirar atrás, se coló entre los los enormes árboles que habían alrededor del paraje, y voló entre la maleza, esquivando troncos y saltando rocas, hasta llegar a una pequeña montaña, la cual subió en treinta y siete zancadas.<br />
Ya en la cima descubrió una enorme piedra circular y plana, y sobre ella un gigantesco telescopio. La niña se subió a la piedra y miró a través de la lente. Desde allí arriba pudo ver el pueblo, muy de cerca, a las personas que vivían en él, y localizó a su madre, frente a su casa, con claro rostro de preocupación, mirando una y otra vez a ambos lados de la calle, y Violeta supo de inmediato que era a ella a quien esperaba hallar.<br />
La niña se puso muy triste, se separó del telescopio, se sentó en el borde de la gran piedra circular y empezó a llorar. “Jamás saldré de este maldito lugar -pensó-, envejeceré aquí, y nunca moriré. Lo único que podré hacer es olvidar todo lo que fui, a todos a quienes amé y me amaron, acabaré bien loca, bailando desnuda con los demás ancianos, y comiendo los frutos de esos árboles”…<br />
<br />
- ¡Violeta! -le gritó su madre, alarmada- ¡Violeta!<br />
<br />
La pequeña agarró una servilleta y se secó las lágrimas con ella.<br />
<br />
- ¿Qué te pasa, cariño?<br />
<br />
Violeta tardó unos minutos en controlar su respiración y relajarse.<br />
<br />
- Nada, mamá, no me pasa nada. Me he asustado y no sabía cómo volver.<br />
- ¿Volver? ¿Volver de dónde?<br />
- No lo sé mamá, no lo sé.<br />
- ¡Ay, hija mía, cabecita loca!<br />
<br />
Cayetana abrazó a su hija, y así estuvieron un rato, hasta que ambas se sintieron mucho mejor.<br />
<br />
- Mamá…<br />
- Dime, mi niña.<br />
- Me gustaría probar tus lentejas.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-u054WZNCA7k/W-2TToiaxLI/AAAAAAAAJ60/ctqCatnE8_g-qsRjPx7ekzCWrfzOjgz8QCLcBGAs/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="647" data-original-width="909" height="227" src="https://4.bp.blogspot.com/-u054WZNCA7k/W-2TToiaxLI/AAAAAAAAJ60/ctqCatnE8_g-qsRjPx7ekzCWrfzOjgz8QCLcBGAs/s320/1.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
Fin</div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-51281959304280054862017-11-02T16:35:00.000+01:002017-11-02T16:35:06.310+01:00Hijas de la IlusiónFueron criaturas maravillosas y deleznables, creadoras de dichas impresiones; del bien y del mal.<br />
En constante ambigüedad y relatividad, ante las cuestiones que prevalecían en el entendimiento de lo interno y externo del mundo que habitaban. Fueron humanos, simples animales evolutivos, y llegaron a ser personas, complejas entidades de ilusoria identidad.<br />
<br />
Hijas de la ilusión; ese fue el nombre que recibieron por parte de nuestras observadoras, antes de perecer y devolver la armonía a la tierra, cuya salud pendía de un hilo, al borde de la extinción, por la cara más oscura de aquellos bípedos llenos de amor y de vida, pero a su vez; crueles e insensatos.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-bB87VyeHB1M/Wfs5j9-sIXI/AAAAAAAADc8/AaDKhcGd1VA4fPrsO7q50dKzNl51Qd57ACLcBGAs/s1600/PicsArt_11-02-04.25.16.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="357" data-original-width="640" height="178" src="https://4.bp.blogspot.com/-bB87VyeHB1M/Wfs5j9-sIXI/AAAAAAAADc8/AaDKhcGd1VA4fPrsO7q50dKzNl51Qd57ACLcBGAs/s320/PicsArt_11-02-04.25.16.jpg" width="320" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-58199995293452068912017-08-07T00:58:00.003+02:002017-08-07T01:11:37.823+02:00Ananda y El Repartidor de EsquelasAnanda es un nombre hindú, significa felicidad y dicha, sin embargo, nuestra protagonista vivía todo lo contrario, a pesar de que sus padres la llamaron así al nacer. También le tatuaron un pequeño punto en la frente, y otros dos en ambas palmas de sus diminutas manos, todo ello para ahuyentar a los malos espíritus, pero no a ellos mismos, los que se suponía que debían amarla y protegerla.<br />
<br />
A los dieciséis años, Ananda residía muy lejos de su tierra natal, junto a una familia de acogida. No obstante, le quedaban unos meses para regresar a la India, para contraer matrimonio con Naraka, quien había sido amigo suyo, durante toda su infancia. No le amaba, pero sentía que debía corresponder al deseo de la familia que allí le quedaba.<br />
<br />
Fue entonces cuando Ananda conoció a Fernando, Nando para sus amigos, y "el repartidor de esquelas", para el resto del pueblo.<br />
<br />
Ananda y Nando... Un amor a primera, a segunda, y a todas las posteriores vistas. Vistas, palabras, caricias, y un sentimiento en común que crecía a pasos agigantados.<br />
<br />
En el mundo nacen más de trescientas cincuenta mil personas al día, y mueren más de doscientas mil.<br />
En aquel pequeño pueblo, donde vivían Ananda y Nando, moría de media, una persona cada dos días.<br />
<br />
Nando recorría las calles repartiendo esquelas, y la mayoría volaban sin rumbo.<br />
<br />
Ananda contaba los días que le quedaban para regresar a la India, para casarse con Naraka, cuyo nombre, por cierto, significa infierno.<br />
<br />
Nando besaba a Ananda, antes y después de anunciar la muerte en cada rincón de aquel pequeño pueblo.<br />
<br />
Ananda besaba a Nando, antes y después de encerrarse en su habitación a derramar todo su pesar.<br />
<br />
Pero cierto día, y al siguiente, y al otro también, no hubo esquela alguna que revoloteara por las calles del pueblecito. Sin embargo, la dama sin piel, de hueso gris y afilada guadaña, sí había sesgado otra vida de aquel lugar sumido en la más profunda tristeza.<br />
<br />
No había papeletas anunciando la muerte de aquel, sencillamente porque quién había fallecido era el mismísimo repartidor de esquelas.<br />
<br />
Ananda significa felicidad y dicha, Naraka significa infierno. Pero aquel día las lágrimas apagaron el fuego, y no hubo unión, ni correspondencia al deseo de otros, aunque fueran de la propia familia. No hubo nada que uno no quisiera. Nada más que libertad, y cierto sentido al nombre que elegimos nosotros mismos.<br />
<br />
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<br /></div>
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<br /></div>
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<a href="https://3.bp.blogspot.com/-gFiQn6-B_fU/WYeabJHoi8I/AAAAAAAADUA/2XTpAZKahkIvzxZuA7TCGnpi32Y32emQwCLcBGAs/s1600/2017-07-8--00-29-24.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="650" data-original-width="1600" height="161" src="https://3.bp.blogspot.com/-gFiQn6-B_fU/WYeabJHoi8I/AAAAAAAADUA/2XTpAZKahkIvzxZuA7TCGnpi32Y32emQwCLcBGAs/s400/2017-07-8--00-29-24.png" width="400" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i>Fin</i></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-89978843390667500902017-07-28T18:37:00.001+02:002017-07-28T18:46:54.935+02:00CARIES<div style="text-align: center;">
<b>Primavera del 2002</b></div>
<br />
El hombre oscuro bañado de negro, el pincel agrietando el folio en blanco.<br />
<br />
Lucía huía con el cielo derrumbándose sobre su frágil cabeza, cuando el hombre teñido de diabólico hollín pisoteaba su diminuta sombra, poco antes de salvaguardarse en una cueva de infinita profundidad. No vio luz alguna al final de aquel laberíntico túnel.<br />
<br />
Ruth atendió al teléfono.<br />
<br />
- No tengo ni idea de donde puede estar... busca entre los cojines del sofá... sí, Jacobo, en una hora más o menos... tengo que colgar... me han llamado de la guardería, Lucía está enferma... cuelgo... sí, Jacobo, sí.<br />
<br />
Ruth colgó y marchó a toda prisa.<br />
<br />
Con tan solo tres años de edad, Lucía experimentaba su primera incursión en el adulto mundo de la maquiavélica costumbre humana de provocar dolor. En el espacio onírico de su mente se protegía de la mísera realidad que la acechaba.<br />
<br />
Alzó sus pequeñas manos y desconchó el techo de la gruta cavernosa en la que se hallaba, dejando que los rayos de luz del exterior penetraran hasta alcanzar sus vaporosas ideas. Lágrimas de azufre se inyectaban tras sus párpados, se alimentó de ellas, del río ocre que inundaba sus pies. Una brecha que aumentaba de tamaño en las paredes de su protectora prisión invitó al señor color verde, a su hermana; la señorita naranja, todos sus primos se unieron; el rojo, el malva, el rosa, el amarillo...<br />
<br />
Con las palmas de sus manos hacia arriba, apretadas entre si formando un cuenco, tomó del mar de colores que cubría su agitado cuerpo. Bebió hasta atiborrar su estómago de aquella alucinante fantasía que la ocultaba del oscuro ser.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<b>Invierno del 2016</b></div>
<br />
Creedme cuando os digo que no actué con maldad. Era joven y estaba enamorada, llegué a sentir que si algo malo había ocurrido, no se repetiría. Quizás pequé por no hacer caso a la razón, mi mente me instigaba a la repulsión, me persuadía para que me alejara de él, pero aún le quería, necesitaba sus abrazos y sus besos, su presencia me reconfortaba. Era un hombre amable, me escuchaba y me daba muchísimo placer. No necesité olvidar lo que había sucedido por que, la verdad, jamás llegué a saber lo que realmente había ocurrido en nuestro hogar.<br />
<br />
Esta noche he notado a Jacobo extraño, sé que algo le ha pasado, no creo que su actitud se deba únicamente al dolor de muela que acarrea desde hace unos pocos días.<br />
<br />
- ¡San Jacobo! ¿Qué tal, hombre?<br />
<br />
- Tu siempre tan gracioso, Javier. Igualito que a los catorce años.<br />
<br />
- ¿Qué pasa, compadre?<br />
<br />
- Mal, muy mal. Me duele la muela horrores, y para más inri, malas noticias en el trabajo.<br />
<br />
- ¿Aún sigues en la fábrica de chocolate, Willy Wonka?<br />
<br />
- Ja, ja, ja... Sí, ahí sigo. Me han quitado las horas extras, las necesitábamos como agua de mayo en casa.<br />
<br />
- Vaya, hombre. Lo siento, amigo.<br />
<br />
Jacobo en la sala de espera admiraba una serie de fotografías en su teléfono móvil, con precaución de que los allí presentes no las vieran.<br />
<br />
- ¿Sr. Álvarez?<br />
<br />
- Si.<br />
<br />
Tras el rápido reconocimiento de la Dra. Vila, odontóloga del hospital St. Lorens:<br />
<br />
- Tiene una severa caries en la muela del juicio. Mi recomendación es la inmediata extracción. Podría limpiarse y poner un empaste, pero está demasiado rota.<br />
<br />
- La extracción será lo mejor.<br />
<br />
- De acuerdo. Pida hora en admisiones.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
Daniel, el hijo menor de Ruth y Jacobo, se pasaba las horas, desde que acababa sus deberes hasta la hora de la cena, jugando con su consola portátil. Aquella tarde su padre le abrió la mochila para mirar su agenda, con el fin de ver si tenía escrita alguna nota de la tutora. Mientras buscaba en el interior de la mochila vio algo extraño. Del estuche de Daniel asomaba lo que parecía ser la patilla de unas gafas, su hijo no usaba lentes. Abrió el estuche y, en efecto, allí habían unas pequeñas gafas graduadas a las cuales les faltaban uno de los cristales. La montura estaba visiblemente dañada.<br />
<br />
Jacobo le mostró el hallazgo a su hijo.<br />
<br />
- ¿Qué es esto?<br />
<br />
- Unas gafas.<br />
<br />
- Ya... ¿Qué hacen estas gafas rotas en tu estuche y de quién son?<br />
<br />
- No lo sé.<br />
<br />
Al instante Jacobo supo que su hijo le mentía, que escondía algo que no debía ser nada bueno, por la mirada de culpabilidad y el enrojecimiento de sus mejillas. Incluso sus ojos se tornaron llorosos.<br />
<br />
- ¿Qué ha pasado Daniel? - le preguntó con tono comprensivo -.<br />
<br />
- Nada.<br />
<br />
- Está bien, ya hablaremos después. Ve a sonarte los mocos.<br />
<br />
Lucía, la hija mayor de Ruth e hijastra de Jacobo, llegó a casa a las siete de la tarde. Sabía que el encuentro con su padrastro le traería una nueva riña.<br />
<br />
- La princesa de la casa ha llegado.<br />
<br />
- Hey...<br />
<br />
- ¿Has ido a buscar trabajo?<br />
<br />
- Déjame en paz, ¿vale?<br />
<br />
- No, no vale. ¡Haz algo con tu vida, niña!<br />
<br />
Lucía le levantó el dedo corazón a Jacobo y acto seguido se encerró en su habitación.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
El ser oscuro perseguía a Lucía, una sombra, la silueta de un hombre bañado de diabólico hollín. Lucía gritaba: "¡Mamá, por favor, mamá!" Pero ella no respondía, oculta en un rincón ignoraba lo que allí sucedía.<br />
<br />
Ruth se despertó empapada, de un sobresalto, justo en el instante en el que aquellas monstruosas manos se posaban sobre el cuerpo de su pequeña hija. Aquella eterna pesadilla se repetía de nuevo.<br />
<br />
Ruth era co-propietaria junto a su hermana, Estrella, de una peluquería. "Nuni's" llevaba abierta tres años, y el negocio no marchaba demasiado bien. Muchos gastos y poca clientela.<br />
<br />
- ¿Te encuentras bien, Ruth?<br />
<br />
- Otra mala noche.<br />
<br />
- No descansas lo suficiente. Podrías tomarte unos días de fiesta, total, puedo yo sola con lo que tenemos.<br />
<br />
- No me lo digas dos veces.<br />
<br />
- Tres, si hace falta.<br />
<br />
Lucía se pasaba el día en casa de una amiga. Sara era mayor que ella, vivía sola, con una pensión de orfandad se costeaba el alquiler y la compra mensual para llenar su despensa. Ambas compartían un placentero aislamiento basado en el dolor autoinfligido.<br />
<br />
Tumbadas en la cama, escuchando el "Requiem de Mozart", se realizaban cortes en brazos y muslos con una hoja de afeitar, empapando de sangre una gran toalla.<br />
<br />
- Te amo, Lucía.<br />
<br />
- Y yo a ti, Sara.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
Aquella misma tarde, Ruth libró del trabajo. Acompañó a Jacobo al colegio a buscar a Daniel, luego él tenía hora con la doctora Luz Vila para la extracción de la muela picada. Le dolía horrores.<br />
<br />
Una vez hubieron recogido a Daniel, fueron al parque que había al lado del colegio a que el niño merendara y jugara un rato. Faltaba media hora para que Jacobo marchara a su cita con la odontóloga.<br />
<br />
Ruth y Jacobo se fumaban un cigarrillo, apoyados al otro lado de la valla de madera que limitaba el parque. Jacobo se fijó en un crío, debía tener unos cuatro años, tenía el brazo escaloyado y llevaba puestas unas gafas, parecían nuevas.<br />
<br />
Jacobó marchó al dentista.<br />
<br />
El primer pinchazo fue el instante más doloroso, y tampoco lo fue en demasía.<br />
<br />
La doctora Luz Vila presionó con una varilla de acero en el centro de la caries.<br />
<br />
- ¿Sientes dolor?<br />
<br />
Con dificultad, Jacobo, respondió:<br />
<br />
- Un poco.<br />
<br />
El segundo pinchazo fue apenas indoloro. Luego la doctora agarró una especie de alicates con las puntas curvadas y se puso manos a la obra con la extracción. Fue rápido y fácil. Todo marchó estupendamente para Jacobo, quien salió de la consulta satisfecho y agradecido por el buen saber hacer de Luz.<br />
<br />
De camino a casa, en el auto, Ruth miraba a Daniel por el retrovisor, éste jugaba con un coche y un camión. Simulaba un accidente golpeando ambos juguetes, entonces, Daniel volteaba el cochecito y reía.<br />
<br />
- Están muertos, todos han muerto.<br />
<br />
- ¡Vaya! ¿Un tanto macabro, no, Daniel?<br />
<br />
- Ja, ja, ja. Solo es un juego, mami.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
En la consulta de la Dra. Vila.<br />
<br />
- ¿Has fumado estos días?<br />
<br />
- Si. A las tres horas de la extracción ya fumé.<br />
<br />
- Puede que esa sea la razón más probable.<br />
<br />
- Si, puede.<br />
<br />
- Antibiótico cada ocho horas durante dos semanas.<br />
<br />
Lo peor era el sabor. Imaginad una supuración de pus en la misma boca. Con un palillo de dientes podía quitar una capa blanca y pestilente de mi lengua. Las noches eran horribles. Me despertaba con el paladar impregnado de aquella pasta maloliente y agria.<br />
<br />
Jacobo acompañaba a Daniel a una fiesta de cumpleaños. Aquella mañana de sábado había vuelto a enfrentarse a Lucía. La infección y el dolor no le hacían el transcurso de las horas del día nada fáciles.<br />
<br />
- Papá.<br />
<br />
- Dime, hijo.<br />
<br />
- Yo... Le rompí el brazo a aquel niño. Lo hice a propósito. Se le rompieron las gafas y me las llevé.<br />
<br />
- No debes hacer algo así jamás.<br />
<br />
- Ya lo sé, pero...<br />
<br />
Daniel rompió a llorar.<br />
<br />
- ¿Eres una niña, o un maricón?<br />
<br />
- ¿Qué?<br />
<br />
- ¡No llores! Lo que no debes hacer nunca es decir que has hecho algo así. Debes protegerte, no culparte. Si le rompiste el brazo a un mocoso, ¡te callas!, ¿me oyes?<br />
<br />
- Si, pero...<br />
<br />
- ¡Pero nada, Daniel!<br />
<br />
- Lo hice a propósito. Estábamos en aquellos matorrales del parque...<br />
<br />
- ¡No sigas, Daniel! ¡No quiero saber más!, si hiciste algo malo, te callas. ¡Ya lo olvidarás!<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
El oscuro ser tiene rostro, es la cara de Jacobo la que se esconde tras la negra figura que acecha a la pequeña Lucía.<br />
<br />
Ruth observa en sus pesadillas cómo el hombre bañado de diabólico hollín pisa los talones de su hija. No quiere nada bueno de ella, el gozo del asesinato de la inocencia, la crueldad de la perversión.<br />
<br />
Lucía está escondida, su madre abre la puerta que conduce al depredador hacia su presa.<br />
<br />
Lucía regresa a casa, su madre la espera. Tienen que hablar, ambas lo saben.<br />
<br />
Ruth se siente culpable por sus malas decisiones, por su indiferencia, por anteponer su deseo al sufrimiento de su hija, en el pasado y en el presente.<br />
<br />
Lucía no puede perdonarla.<br />
<br />
Jacobo va a buscar a Daniel a la fiesta de cumpleaños. Regresan en el auto.<br />
<br />
A mitad del trayecto, Jacobo va a frenar cuando ve un camión que se dirige hacia ellos, pero sobre el pedal del freno se ha colocado un coche de juguete de su hijo, pisa con el pie el objeto y se le resbala hacia un lado. El camión frena y gira sobre si mismo.<br />
<br />
Impacto.<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<b>Primavera del 2002</b></div>
<br />
Ruth entró en la clase y encontró a su hija de color morado, en una esquina, con los otros niños a su alrededor y la maestra rodeándola con sus brazos. Lucía comenzó a vomitar; pinturas y trozos de papel, hasta que se encasquilló y se le hincharon las venas del cuello. Ruth dio una fuerte palmada en la espalda de su hija y puso la otra mano frente a su boca, ésta devolvió aquello que apresaba en su garganta.<br />
<br />
- Hemos llamado a una ambulancia - le comunicó la maestra a la madre de la pequeña -.<br />
<br />
- No hará falta.<br />
<br />
Ruth agarró su teléfono móvil y marcó, tuvo que esperar tres tonos, esa fue la pausa más dramática de su vida.<br />
<br />
- Jacobo, deja de buscar.<br />
<br />
En su mano, entre grumos acrílicos, brillaba aquella maldita alianza, y en los ojos de su aliviada hija pudo ver que aquel acto no había sido una simple gamberrada. Comprendió el comportamiento extraño de Lucía en aquellos últimos meses, entendió el significado de los dibujos que había estado haciendo su pequeña, en los que aparecía aquel oscuro ser, bañado de negro, teñido de diabólico hollín, y supo en aquel mismo instante que Jacobo debía marcharse inmediatamente de su hogar, y abandonar sus vidas por siempre jamás.<br />
<br />
Sin embargo...<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-lfHqki2U-FE/WXtoHLj8SOI/AAAAAAAADSo/9Hnt-mpa2dE8DLRSNZPzi-kgVYUUJdSIwCLcBGAs/s1600/CARIES.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="505" data-original-width="578" height="279" src="https://4.bp.blogspot.com/-lfHqki2U-FE/WXtoHLj8SOI/AAAAAAAADSo/9Hnt-mpa2dE8DLRSNZPzi-kgVYUUJdSIwCLcBGAs/s320/CARIES.png" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b>FIN</b></div>
<br />
<br />
<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-60680192414482744502017-07-27T16:31:00.000+02:002017-07-27T20:31:32.881+02:00Rutina PerfectaEn el zenit de la rutina me hallaba, en la búsqueda de la perfección de todos y cada uno de los detalles que conmemoraban cada uno de mis días. Secuencia tras secuencia, plano tras plano, con los ojos anclados en cada fotograma, como objetivos de una realidad constructiva e imperecedera.<br />
<br />
Aquella tarde rompí con mi perfecta rutina y me fui a pescar.<br />
<br />
Sentado al borde de un acantilado, lancé el invisible hilo de mi imaginaria caña, con la esperanza de pescar alguna idea. En breve algo muy grande empezó a tirar de mí, mar adentro. La caña se partió en dos y caí hacia atrás, dándome un buen trompazo en la sien. Vi las estrellas, y me aferré con fuerza a una de ellas.<br />
<br />
En ese instante encontré la anhelada inspiración.<br />
<br />
Continúo con mi rutina, disfrutando de una gradual mejora, pero de vez en cuando rompo con ella, me lanzo al mar, y con mis propias manos agarro alguna buena idea con la que satisfacer mi creatividad.<br />
<br />
Un mar de letras al que he regresado no solo por necesidad, si no por puro gozo.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-9xp1xDtMQdg/WXn4V5Ylv6I/AAAAAAAADSQ/6LHy0nzE5z4eYF9WCJ8ZxWeqZ-DXPMyRQCLcBGAs/s1600/PicsArt_07-27-04.25.42.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1076" data-original-width="1600" height="212" src="https://2.bp.blogspot.com/-9xp1xDtMQdg/WXn4V5Ylv6I/AAAAAAAADSQ/6LHy0nzE5z4eYF9WCJ8ZxWeqZ-DXPMyRQCLcBGAs/s320/PicsArt_07-27-04.25.42.png" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-11643848738965570572017-03-31T16:20:00.002+02:002017-07-20T12:59:31.416+02:00Poder AbsolutoGuiño un ojo y con el brazo estirado, abro la mano y agarro un coche con los dedos, es un sencillo juego óptico, pero a mí me da resultado, puedo poner el auto en lo alto de una cornisa, o lanzarlo al sol, por poner un ejemplo. Puedo mover edificios, borrar lo que quiera, y crear lo que se me antoje. Tengo el poder de la creación y la destrucción, un poder absoluto, sin límites, propulsado por la imaginación. Para mí, cualquier cosa es posible: pausar el tiempo, rebobinarlo, estirarlo, avanzarlo y doblarlo.<br />
<br />
Tengo un plan, cambiar el mundo. Yo puedo hacerlo, para mí es fácil.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-egHLQYP-6Jc/WN5lEeYUa1I/AAAAAAAADG4/8w7PaaYl1osEOFl1UWuFTOckO_GgekaZACLcB/s1600/PicsArt_03-31-04.14.47.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://4.bp.blogspot.com/-egHLQYP-6Jc/WN5lEeYUa1I/AAAAAAAADG4/8w7PaaYl1osEOFl1UWuFTOckO_GgekaZACLcB/s1600/PicsArt_03-31-04.14.47.png" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr>
</tbody></table>
<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-71991267735977397252017-03-07T16:24:00.002+01:002017-03-08T08:21:06.305+01:00Secretos "3ª Parte" - La Jota Negra -<div style="text-align: center;">
*Relato escrito a dúo con María Campra: "Encantadora de Cuentos"</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b><u>3ª Parte "La Jota Negra"</u></b></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Se estaba secando el rostro con una toalla, acababa de salir de su última ducha, y pronto dejaría ir su último aliento. Carlos Zafiro se encontró conmigo a sus espaldas, me vio reflejada en el espejo de su baño. Se dio la vuelta y movió sus labios. No le dio tiempo a emitir ni una sola palabra, no pudo suplicar por su vida. El agujero humeante en su cráneo lo certificaba. Cayó cómo caen todos, cómo un castillo de naipes, a plomo.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
El objetivo había sido fácilmente localizado, y aún más fácil si cabe; eliminado. Esa misma noche abandonaríamos nuestras nuevas máscaras, y nuestro falso hogar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Él me esperaba en el auto. Acordamos que solo uno de nosotros bastaba para acabar con Zafiro. Nos lo jugamos a una mano de la "jota negra". Gané. Me gusta mi trabajo.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Al llegar a aquella casa todo se tornó irreal, no me acostumbro a esta parte, aún menos cuando una se ha enamorado de verdad. El servicio de limpieza de la agencia tardó dos días en vaciar el que fue nuestro hogar durante aquel año. Solo había que esperar a nuestros taxis, y no volver a vernos jamás. Pero ambos sabíamos que eso no iba a pasar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Mi verdadero nombre es Luca. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- ¿Perdón?</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Mi nombre...</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Si, ya te oí. No debiste decírmelo. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Aún recuerdo la primera vez que rompimos las cadenas del deseo prohibido. Estirados sobre la cama, repasábamos nuestros papeles a interpretar. Fechas, anécdotas... estupideces. Teníamos invitados aquella noche, una pareja de vecinos, los Falio, o Fadalio, no lo recuerdo. Menudos ingenuos enamorados, pero fue divertido. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Me rozó un pie con las puntas de los dedos de su mano, y caminó sobre mi muslo con dos de ellos. Silbando una melodía de Jazz. Él sabía que la atracción me delataba, me habló del brillo de mis ojos, y de mi sonrisa. Me sedujo con sus palabras, su sentido del humor. Un par de caricias fueron suficientes para hacer volar las sábanas. Y caímos en la tentación. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Aquella fue la primera vez que hicimos el amor, la primera de muchas otras.<br />
<br />
Pero no debiste revelarme tu verdadero nombre. Todos los que supieron el mío están muertos.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Querida compañera, los secretos son mentiras disfrazadas de ausencia, y tarde o temprano salen a la luz, mostrando su verdadero rostro. Una vez te encuentras la verdad, cara a cara, ya no habrá máscara que la pueda ocultar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Recuerdo nuestra primera vez, y las siguientes. Mis palabras te cautivaron, mi sonrisa, mis caricias, caíste en mi red. Aún desconoces quien nos unió en nuestra misión, la verdadera identidad de Zafiro.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Disfruté viendo cómo le metías una bala en la cabeza al último hombre que conocía la verdad que algún día averiguarás. Incorporé una micro cámara en el arma con la que le volaste los sesos, en el auto pude ver con claridad que mi objetivo era eliminado por la persona adecuada. Vi cómo intentó decirte algo antes de que acabaras con su vida, no iba a suplicarte, si es eso lo que pensaste, iba a revelarte el secreto final. De haber sido así, tendría que haberte matado en aquel mismo instante.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
¿Crees que no volveremos a saber el uno del otro? ¿Crees qué no queda nadie que sepa tu verdadero nombre?</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Jamás he perdido una mano jugando a la "jota negra", Alicia. </div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-EzJ60jy9jRY/WLsx_o47QUI/AAAAAAAADDk/iMZyAKJVjf8IghbVR4p-unQBeaEjg9WMwCLcB/s1600/IMG-20170304-WA0006%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-EzJ60jy9jRY/WLsx_o47QUI/AAAAAAAADDk/iMZyAKJVjf8IghbVR4p-unQBeaEjg9WMwCLcB/s320/IMG-20170304-WA0006%2B%25281%2529.jpg" width="234" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b><i>Continuará...</i></b></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Para leer el siguiente capítulo de "Secretos", por María Campra, <a href="http://www.encantadoradecuentos.com/2017/03/secretos-4-parte.html?m=1" target="_blank">pincha aquí.</a></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com20tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-48661551805092845232017-02-20T15:49:00.000+01:002017-03-07T16:07:43.114+01:00Secretos "2ª Parte"<div style="text-align: center;">
*Relato escrito a dúo con María Campra "Encantadora de Cuentos"</div>
<div style="text-align: center;">
Para leer la primera parte del relato, <a href="http://www.encantadoradecuentos.com/2017/02/secretos-1-parte.html" target="_blank">pincha aquí</a>.<br />
<br />
<b><u>2ª Parte</u></b></div>
<br />
Esta noche el cielo está llorando, y sus lágrimas, derramadas sobre mi cabeza, despejan cualquier tipo de duda. No puedo creer que su sorpresa fuera real, sigo siendo una gran actriz, una profesional de la identidad. Puedo cambiar de máscara para cualquier tipo de función, pero estaba allí por una razón, y su reacción; o bien fue la mejor interpretación que mis ojos habían visto, o también trató de ocultar su tentativa.<br />
<br />
La duda se abre paso como el agua sobre mi cuerpo. Le amo.<br />
<br />
Mañana será el día de las respuestas, sé que no faltará a nuestra cita. En seis años pueden haber pasado infinidad de cosas, en mi caso así ha sido, y aunque él haya podido creer que tan solo ha visto una de mis innumerables caracterizaciones, pronto averiguará que al fin ha descubierto mi verdadera identidad.<br />
<br />
Fueron muchos secretos, unos compartidos para el resto del mundo, y los más importantes; los que creamos entre nosotros. Creció un gran conflicto en nuestro hogar, el trabajo que nos unió fue un éxito, pero la ficción se tornó realidad, y sin mencionarlo ni una sola vez, ambos sabíamos que nuestro amor fingido dejó de serlo entre aquellas cuatro paredes.<br />
<br />
Prisioneros de nuestros sentimientos reprimidos, llevamos a cabo todas nuestras funciones. Durante mucho tiempo fuimos considerados un matrimonio ejemplar. Nuestros vecinos acabaron siendo nuestros mejores amigos. Tantas veladas con las máscaras puestas, compartiendo falsas anécdotas y riendo sobre divertidos recuerdos que jamás tuvieron lugar. Interpretamos nuestros papeles a la perfección, y nuestro objetivo fue localizado y eliminado sin ninguna dificultad.<br />
<br />
Recuerdo aquel desgarrador disparo con total claridad, y al igual que entonces, tras el sutil sonido, y el humeante silenciador, pude sentir que la bala atravesó algo más que el cráneo de aquel hombre detestable, también hizo pedazos mi corazón. Una vez cumplimos nuestras órdenes, debíamos abandonar todo contacto.<br />
<br />
Sin mediar palabra, cada uno se subió en su taxi, y sin un adiós, marchamos sin mirar atrás. Supongo que ambos pensamos que el tiempo disiparía cualquier tipo de sentimiento que hubiera nacido en aquel lugar. Nada más lejos de la realidad.<br />
<br />
Mi último trabajo ha sido gratamente compensado, sólo de este modo uno logra dejar de ser lo que he sido hasta ahora. Cuando realizas un encargo de tal magnitud, recibes dos cosas, tanto dinero que no podrías gastar en dos vidas, y la jubilación anticipada.<br />
<br />
Me muero de ganas de decirte todo aquello que no te dije entonces, que mi amor por ti se tornó real. Conocerás mi verdadero yo. Ahora puedo vivir con quién quiera y dónde quiera. Pero antes debo atar algunos cabos sueltos. Ya no se trata de un trabajo, será la primera vez que mi objetivo provenga de una decisión propia. Una última bala, y al fin seré realmente libre.<br />
<br />
Jamás debes enamorarte de un compañero de oficio, eso lo sabe todo buen espía, cualquier asesino a sueldo.<br />
<br />
Quedó pendiente una verdadera despedida. El adiós que no nos dijimos.<br />
<br />
Llueve sobre mi cabeza, y se despejan todas las dudas. No soporto el agua fría, a mí me gusta hirviendo.<br />
<br />
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<a href="https://3.bp.blogspot.com/-eKhc9UaqJHI/WKsBsusCUoI/AAAAAAAADCo/6v0hrJewpXIQVi_UfXdOdoxDy-V8FOLoACLcB/s1600/Secretos.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-eKhc9UaqJHI/WKsBsusCUoI/AAAAAAAADCo/6v0hrJewpXIQVi_UfXdOdoxDy-V8FOLoACLcB/s1600/Secretos.png" /></a></div>
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<b><i>¿Continuará?</i></b></div>
<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com33tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-2268008566536297362017-02-10T20:28:00.001+01:002017-02-10T20:28:28.382+01:00Existencial Observa los ojos de aquel anciano, son bonitos, ¿verdad?. Puedo descubrir la belleza que se ve reflejada en ellos. Dicen que la belleza está en los ojos de quien la observa, de quien puede apreciarla. Son de un color verde y marrón miel, parecidos a los tuyos. Tus ojos son como dos ventanas abiertas que puedo atravesar sin ninguna dificultad. Mi ser puede pasar a través de tus pupilas, cuando se dilatan me invitan a entrar en tu interior.<br />
<br />
Me fusiono con lo que eres, y siento lo que tu sientes, profundamente. Experimento una conexión completa.<br />
<br />
No recuerdo mi nombre. No sé cuanto tiempo hace que no salgo de este lugar. No sé por que sigo vivo, si es que lo estoy. Ni me alimento ni me aseo. No hago nada, no soy nadie. Tan solo me descubro paseando por los mismos rincones, una y otra vez. Todo está mugriento, trastos viejos, rotos y sucios, por todas partes. Me cuesta caminar entre tanta basura. Me hundo en ella a cada paso que doy. Ya casi ni puedo avanzar.<br />
<br />
¿Quién es ese anciano de ojos tan parecidos a los tuyos? ¿Quién eres tú?<br />
No logro rendirme. Mi mente, la cual no sé a quién pertenece, tan solo me dice una cosa; no puedes rendirte. Debes continuar. Se afana por encontrar una luz al final de este mugriento lugar en el que me encuentro.<br />
<br />
Abro una puerta y, con dificultad, me abro paso. Mis pies están atrapados por un mar negro, denso y oscuro. El olor es horrible. A duras penas puedo levantar las piernas para caminar entre el fango. Me sumerjo en este baño de lodo. Ahora tampoco puedo respirar, mis pulmones se encharcan de suciedad. Pero no muero, o a caso, ¿ya estoy muerto? No lo sé.<br />
<br />
Hay una mujer que me observa desde la lejanía. Esos ojos, me invitan a regresar. Pero no sé quien eres. Estás demasiado lejos para saber que me quieres decir. Veo que mueves los labios, intentas decirme algo, pero tengo los oídos llenos de mugre.<br />
<br />
Es asfixiante, pestilente, y todo lo engulle. La mugre está en cada átomo de mi cuerpo, en cada molécula del espacio en el que me hallo. Y tú, reluciente y cristalina, al otro lado del muro de cristal, me sonríes, y yo no comprendo nada.<br />
<br />
Daría todo lo que poseo por un recuerdo, por una pista de quién soy, de dónde estoy, de quién eres tú. Pero no poseo nada, más que mi pensamiento confuso.<br />
<br />
Mis córneas se cubren de la oscuridad aquí reinante. Ahora tampoco puedo ver. Se han apagado todos mis sentidos. Y dejo de pensar, para empezar a soñar.<br />
<br />
No sé cuantas horas he dormido. Sé que he dormido porque acabo de despertar. Sé qué he soñado, pero no sé el qué. Tengo un recuerdo hecho de sensaciones de agitación, el sudor y los nervios a flor de piel. He tenido pesadillas, pero lo que encuentro al despertar creo que es peor, peor que nada. Suciedad.<br />
<br />
El día es un paseo por este lugar de paredes negras, arrastrando y hundiendo mis pies. Hasta que no puedo respirar. Hasta que no puedo ver, ni pensar. Hasta que me duermo de nuevo, y vuelvo a despertar. Un día tras otro, no sé cuantos llevo ya. ¿Meses, años? ¿Una vida tras otra? ¿Despierto y duermo? ¿Vivo y muero?<br />
<br />
De repente, alguien posa su mano en mi hombro. Eres tú, la mujer de ojos verdes y marrón miel, cómo los de ese anciano. ¡Lo recuerdo!<br />
<br />
Puedo oírte hablar.<br />
<br />
- Tranquilo, papá.<br />
<br />
Rompo a llorar, y las lágrimas limpian nuestro hogar. La mugre desaparece por un instante.<br />
<br />
Me acompañas al baño y me plantas frente al espejo.<br />
<br />
¿Quién es ese anciano?<br />
<br />
Sus ojos son bonitos, ¿verdad?<br />
<br />
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<br /></div>
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<br /></div>
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<a href="https://2.bp.blogspot.com/-7EGUzUVntKY/WJ4SV7OT5DI/AAAAAAAADA4/Eh3EOCqlpjYD6KlwhTIZXkWryMx2p4avwCLcB/s1600/Existencial.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="https://2.bp.blogspot.com/-7EGUzUVntKY/WJ4SV7OT5DI/AAAAAAAADA4/Eh3EOCqlpjYD6KlwhTIZXkWryMx2p4avwCLcB/s320/Existencial.png" width="320" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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Fin</div>
<br />
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<br /></div>
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<br /></div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com34tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-11255664696006768672017-01-21T15:56:00.003+01:002017-01-21T18:15:05.874+01:00El Efecto MurasakiEl tiempo pasaba perdido para Salvador, o al menos así lo percibía él en su profunda tristeza y severo nihilismo. Él tan solo tuvo un sueño, una sola vez. Se sintió completo y realizado cuando, en su tierna infancia, salvó a una compañera de escuela de caer de bruces contra el asfalto, que por aquel entonces cubría las pistas de los parques. Sintió en aquel instante, en el que agarró a la pequeña por la bata, que su nombre cobraba verdadero sentido. Una razón para ser feliz. Su sueño fue ser un héroe, pero no lo consiguió en sus insistentes intentos.<br />
<br />
Con el jersey anudado al cuello creando una capa, y las manos aferradas a sus costados en forma de jarra, se alzaba sobre pequeñas alturas, a merced del viento, ondeando orgulloso su espíritu salvador.<br />
<br />
Aunque las alturas fueran ínfimas, la caída nunca era proporcional. Las burlas y los golpes de los más gamberros, le hacían bajar de su nube de ensueño a las profundidades de la depresión infantil.<br />
<br />
A los catorce años, Salvador dejó la escuela. Su madre murió de un terrible cáncer de hígado. Su padre trabajaba de sol a sol, y nadie se preocupaba por su bienestar. Empezó a trabajar de canguro, pero no se le daban bien los críos, y tuvo más de un rifirrafe con los padres de los niños que debía cuidar. A los dieciséis acabó en la cocina de una pizzería de franquicia. Allí incrementó su sensación de no ser nadie. La existencia era un gran peso colgado de su frágil cuello. Con veintitrés ya caminaba curvado como un abuelo con escoliosis.<br />
<br />
Conoció a una mujer a los treinta. Ya había tenido breves y amargos noviazgos. Pero Sara fue su verdadero amor, y jamás pasaron de ser más que amigos. Esa amistad le devolvió la esperanza en la vida.<br />
<br />
Pero fue por aquel entonces que comenzaron las pesadillas con Murasaki, el hombre púrpura.<br />
<br />
Sirenas negras le silbaban al oído su nombre; Murasaki, Murasaki, Murasa...<br />
<br />
Despertaba empapado en sudor tras la aparición de una violeta figura de ojos brillantes. Salvador pasó de ser un hombre deprimido, a ser un hombre aterrorizado.<br />
<br />
Sara trató de ayudarle, pero fue en vano. Su amistad terminó por quebrarse, debido al distanciamiento que él creó entre ambos con su dejadez y apatía.<br />
<br />
Salvador encontró su nueva vía de escape en las drogas. Empezó fumando hachís, y acabó enganchado a la ketamina. Sus oscuros sueños con Murasaki no cesaban, pero estos parecían diluirse entre las sustancias que enturbiaban su mente.<br />
<br />
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* * *</div>
<br />
- ¡Mira a ese señor, mamá!<br />
<br />
Salvador, jorobado y canoso, lucía una capa de color malva, ondeada por el viento. Con sus brazos cómo asas de una tetera. El mentón apuntando al cielo, y una sola idea; salvar a alguien, a sí mismo.<br />
<br />
Por azar, destino, o los pasos que le llevan a uno a un lugar en un momento concreto. Salvador agarró por la espalda a un hombre que cruzó la calle sin mirar, evitando que a éste lo arrollara un auto.<br />
<br />
Aquel hombre, agradecido, abrazó a Salvador.<br />
<br />
- ¡Me ha salvado usted la vida!<br />
<br />
Jonás se fijó en las estrafalarias pintas de su héroe. No salió de su asombro, y marchó a su trabajo sin mirar atrás.<br />
<br />
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* * *</div>
<br />
Salvador, frente al televisor, horrorizado, veía y escuchaba la triste noticia del autocar accidentado. Los veintiséis niños fallecidos por el error humano del conductor que los llevó al precipicio del fin de sus breves vidas. Apareció el retrato del conductor, y Salvador se derrumbó por completo. Tocó fondo en su mísera vida en el mismo momento en el que había sentido de nuevo que su nombre albergaba un significado, más allá de su superficial existencia.<br />
<br />
Salvador pensó en Sara y la llamó para explicarle lo sucedido. Pero ella ya hacía tiempo que había cambiado de número.<br />
<br />
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* * *</div>
<br />
A los setenta y tres años, postrado en la cama de un hospital, el cáncer de hígado consumía sus últimos alientos.<br />
<br />
Cayó en sus manos un ensayo. Leyó sobre el río púrpura, y la intoxicación por un metal líquido que acabó con la vida de cuarenta y cinco personas en Japón, en 1912.<br />
<br />
El vertido de mercurio en un río por un hombre que, anteriormente, fue salvado de las garras de la muerte por un tal Murasaki.<br />
<br />
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* * *</div>
<br />
Antes de morir, Sara encontró a Salvador, y a los pies de su cama, sentada frente a él le sonrió.<br />
<br />
- Siempre fuiste un buen amigo. Me escuchabas y me hacías sentir bien. Creo que me enamoré de ti, pero fue tan fugaz... Te fuiste sin más, por un ridículo sueño y un tormento irreal.<br />
<br />
- Sara...<br />
<br />
<br />
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-_j81ZfH8IRc/WINSXph3McI/AAAAAAAADAY/NIOOuHWWsn4vQM6hFsxsdTGTzyWDbQLqQCLcB/s1600/El%2BEfecto%2BMurasaki.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="153" src="https://1.bp.blogspot.com/-_j81ZfH8IRc/WINSXph3McI/AAAAAAAADAY/NIOOuHWWsn4vQM6hFsxsdTGTzyWDbQLqQCLcB/s400/El%2BEfecto%2BMurasaki.png" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
Fin</div>
<div>
<br /></div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-46748115976073352002016-10-30T01:07:00.000+02:002016-10-30T10:24:18.837+01:00C.M.R- Sería la primera vez que realizamos una intervención de estas características.<br />
<br />
- Me parece perfecto, alguna vez debía ser la primera.<br />
<br />
- Tememos por su integridad.<br />
<br />
- No teman nada. Firmaré y pagaré por adelantado.<br />
<br />
- En cualquier caso, nadie debe saber que "C.M.R" ha incumplido con su protocolo de seguridad ciudadana.<br />
<br />
- Y así será, Dr. Huxley, así será.<br />
<br />
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* * *</div>
<br />
Tras ver el anuncio de esta revolucionaria empresa pedí una cita para recibir más información. Llevaban operando cerca de dos años sin difundir marketing alguno, a expensas de los resultados, de testar sus logros o fracasos. Subvencionados por el estado, "C.M.R" abría sus puertas al libre mercado.<br />
<br />
Se vanagloriaban de haber potenciado la felicidad a través de minuciosas cirugías mentales, elevando la intensidad de emociones positivas, aminorando las negativas.<br />
<br />
Mi hijo pequeño me preguntó sobre el tema, tras leer un tríptico publicitario de la empresa.<br />
<br />
¿Has visto la película "Del Revés" de Pixar? - Le pregunté retóricamente.- Pues esta empresa puede detectar a "Alegría" en tu mente y darle de comer, hacer que crezca y sea más fuerte. De igual modo, pueden hacer lo contrario con "Tristeza", "Ira" o "Asco".<br />
<br />
En aquella película ya intentaron dejar claro el mensaje; todas las emociones son necesarias, la alegría sin la tristeza no puede equilibrar los sentimientos de una mente sana, la ira en su justa medida nos hace avanzar, y el miedo y el asco son alarmas vitales para nuestra supervivencia.<br />
<br />
Mi hijo entendió a que se dedicaban en "C.M.R", no era un niño tonto, para nada. Pero yo no comprendí el poder y la razón del mensaje de aquella película. Siempre quise alcanzar la perfección espiritual, y creía fervientemente que la mente era esa parte etérea del cerebro, parte en sí misma del alma. Mi creencia más absoluta era que el odio era el obstáculo de hallar la paz total, la unión del ser con el cosmos, el llamado "nirvana".<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<br />
- Quiero que erradiquen el odio de mi mente.<br />
<br />
Firmé, pagué y así lo hicieron.<br />
<br />
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* * *</div>
<br />
- ¿No vas a abrazar a tu hijo?<br />
<br />
- ¿Por qué debería hacer tal cosa? Es innecesario.<br />
<br />
Mi pequeño se puso a llorar, y yo no sentí nada, ni pena ni gloria. No me odié por ello, estaba tranquilo, demasiado quizás... <br />
<br />
- ¿Ya no me quieres, papá?<br />
<br />
- Eres mi hijo, yo siempre te... estaré a tu lado.<br />
<br />
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<br /></div>
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<a href="https://2.bp.blogspot.com/-cJZlp3PAx4k/WBUsUuLJ7TI/AAAAAAAAC1I/4KrWH3Zz6B4fj2vE3vjzNDR6G6uK7PVlACLcB/s1600/PicsArt_10-30-01.05.31.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="248" src="https://2.bp.blogspot.com/-cJZlp3PAx4k/WBUsUuLJ7TI/AAAAAAAAC1I/4KrWH3Zz6B4fj2vE3vjzNDR6G6uK7PVlACLcB/s320/PicsArt_10-30-01.05.31.jpg" width="320" /></a></div>
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<br /></div>
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Fin</div>
<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com47tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-57055035326916315812016-10-16T19:36:00.000+02:002016-10-16T19:53:54.778+02:00Luna: Origen<div style="text-align: center;">
<b><span style="font-family: inherit;">1648</span></b></div>
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<div>
Se acercó a mí un anciano de negra sonrisa.<br />
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<br /></div>
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- ¿Quién eres, muchacho? No te tengo visto por estos lares.</div>
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<br /></div>
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- Nadie, señor. No soy nadie.</div>
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<br /></div>
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La luz de la luna bañaba la tierra húmeda, permanecía quieta, reflejada en un gran charco. Mis botas de cuero chapotearon en el agua; difuminando la reluciente figura circular. Desdibujada clamó su presencia en mis pupilas, y en ellas apareció la cuerda con la que ella iba a ser ahorcada. </div>
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<br /></div>
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Por aquel entonces se llamaba Margaret Jones. Condenada a la pena capital por ejercer prácticas médicas que aún desconocía la ciencia, por herejía, por lo que ellos llamaban; bruja.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: left;">
No podía intervenir, no podía impedir su ahorcamiento, tan solo podía mirarla a los ojos, y que ella viera los míos, y entregarle la paz necesaria para morir sin temor. </div>
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<br /></div>
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El crujir de su cuello eclosionó en mis tímpanos, como la rama seca del árbol de sus cien vidas.</div>
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<br /></div>
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Su energía debía seguir la corriente preestablecida, hasta ser de nuevo mi querida, Juno, y desvanecerse por siempre jamás. Su luz formaría a ser parte del cosmos, y yo iniciaría mi viaje a través del tiempo para regresar a su lado, tantas veces como fuera necesario.</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<a href="https://4.bp.blogspot.com/-sdrBpT74bf0/WAO3ESTS7mI/AAAAAAAACws/iCwGO8qUYvMlne_5M82rYiI1atzVJT1WQCLcB/s1600/Luna%2BOrigen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-sdrBpT74bf0/WAO3ESTS7mI/AAAAAAAACws/iCwGO8qUYvMlne_5M82rYiI1atzVJT1WQCLcB/s320/Luna%2BOrigen.jpg" width="320" /></a></div>
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<br /></div>
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<b><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><br /></span></b></div>
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Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com31tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-61200179641741500452016-10-11T22:02:00.000+02:002016-11-01T17:36:19.514+01:00La Última VeladaSiempre pensé que la muerte era una exclusiva decisión de Dios, que él es quien nos dio la vida, y él quien debe decidir cómo y cuando acabará ésta.<br />
<br />
Mi hermano Santiago llevaba desaparecido seis meses. La policía encontró su ropa y su cartera vacía en una callejuela de uno de los barrios más peligrosos de nuestra gran ciudad. Su camisa estaba manchada por su propia sangre, había un gran charco de ella bajo sus pertenencias, en abundancia. Nos alertaron de que posiblemente hubiera sido asesinado, y aunque las pruebas apuntaban a que realmente así había sido, yo no podía creer que mi hermano pequeño estuviera muerto, no sin que hallaran su cuerpo.<br />
<br />
Pasaron un par de semanas desde que la policía cerrara el caso, y dejaran de buscar el rastro que los condujera al cadáver, no tenían suficientes pruebas; nos dijeron a mí y a mi familia, cuando conocí a un doctor que trabajaba con Santiago.<br />
<br />
El buen doctor me ayudó mucho en mi duelo. Mantuvimos largas conversaciones sobre la desaparición de mi hermano, sobre la muerte, y la mejor manera de superar algo tan terrible.<br />
<br />
Una noche el doctor me invitó a cenar a su casa.<br />
<br />
El ambiente era demasiado romántico para mi gusto; velas, música clásica, un <i>Pinot Noir</i>, y dos solomillos con salsa de arándanos. Pero pronto me sentí cómodo, y de nuevo, iniciamos una de nuestras agradables charlas.<br />
<br />
- Hay algo mucho peor que la muerte de un ser querido - le dije- .<br />
<br />
- ¿El qué, amigo?<br />
<br />
- No saber si éste ha muerto o no.<br />
<br />
- Cierto.<br />
<br />
- Nadie debe decidir cuando uno debe morir, ni siquiera uno mismo. El aborto, la eutanasia, el suicidio... eso es jugar a ser Dios, y sólo Dios, quién nos da la vida, debe decidir.<br />
<br />
Eufórico di un último trago a mi copa de vino tinto, y mi cabeza dio un vuelco, caí irremediablemente sobre los restos del solomillo.<br />
<br />
El doctor me quitó la venda de los ojos, literal y metafóricamente. Cuando vi a mi hermano, tumbado y amarrado con cadenas sobre aquella camilla metálica, con los ojos ensangrentados. Le faltaban ambas piernas y medio brazo. Tenía un enorme boquete en la parte lumbar, alojado entre las costillas inferiores y la columna vertebral; más concretamente, encima de los riñones.<br />
<br />
Estaba conectado a una máquina de respiración artificial, y a un par de sueros.<br />
<br />
Me miró fijamente y balbuceó.<br />
<br />
- Mátame hermano, mátame, por favor.<br />
<br />
El doctor giró su rostro hacia mí, con una diabólica mueca sonriente.<br />
<br />
- He ahí la respuesta a tus dudas. La muerte a veces es la única salida. El fin del sufrimiento.<br />
<br />
Siempre pensé que la muerte era una exclusiva decisión de Dios... Ahora tan solo espero que Lecter decida pronto el momento de la mía.<br />
<br />
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-aVIsknyrvUw/V_05E6n5C6I/AAAAAAAACwE/tXSdgEN1aqseKUBodB073rwhRDqyHoMZACLcB/s1600/2016-11-10--21-01-32.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="305" src="https://1.bp.blogspot.com/-aVIsknyrvUw/V_05E6n5C6I/AAAAAAAACwE/tXSdgEN1aqseKUBodB073rwhRDqyHoMZACLcB/s320/2016-11-10--21-01-32.png" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Fin</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<b><i> Apuntes:</i></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<b><i><br /></i></b></div>
La pinot noir es una variedad de uva de vino. El nombre puede hacer referencia también a los vinos realizados sobre todo a partir de esta uva. El nombre deriva de las palabras francesas pine y noir. <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Pinot_noir">Wikipedia</a><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-W5HGuUyM5c4/V_1AxFZNiUI/AAAAAAAACwU/V0CEwiWE-9UrQ-6A44QtsNV1LU1WIKEngCLcB/s1600/Nota%2BLa%2B%25C3%259Altima%2BVelada.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="315" src="https://1.bp.blogspot.com/-W5HGuUyM5c4/V_1AxFZNiUI/AAAAAAAACwU/V0CEwiWE-9UrQ-6A44QtsNV1LU1WIKEngCLcB/s320/Nota%2BLa%2B%25C3%259Altima%2BVelada.png" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<br />
*<i><b>Nota</b>: Un paciente puede balbucear (hablar con dificultad), si la conexión al ventilador es a través de una cánula de traqueostomía y se le conecta a ésta un adaptador especial llamado "válvula para hablar". </i> <i><a href="http://edgarkyera.blogspot.com.es/2015/07/buen-provecho.html?m=0" target="_blank">Buen provecho</a>.</i><br />
<br />
<b> Dr. Hannibal Lecter</b><br />
<b><br /></b>
<b><br /></b>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-Nt_ep1_WO80/WBjEb8mE2fI/AAAAAAAAC1w/FUzkSlFY87M3ey2c7wFWY15c8DsqWvHcwCLcB/s1600/Copia%2Bde%2Boro.pptx.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://4.bp.blogspot.com/-Nt_ep1_WO80/WBjEb8mE2fI/AAAAAAAAC1w/FUzkSlFY87M3ey2c7wFWY15c8DsqWvHcwCLcB/s200/Copia%2Bde%2Boro.pptx.jpg" width="200" /></a></div>
<b><br /></b>
<br />
<br />
<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com57tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-33029979224380316882016-10-02T19:45:00.000+02:002016-10-25T15:12:41.230+02:00Asesinas de Felpa: Triplet Fragance<div style="text-align: left;">
- ¿Diga?</div>
<br />
- ¿Ronnie Bell?<br />
<br />
- Si, yo mismo.<br />
<br />
- Le llamamos del canal cuatro, estamos interesados...<br />
<br />
- Yo no, gracias.<br />
<br />
- Espere, no cuelgue por favor...<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
En 1988 hubo una sucesión de extraños asesinatos, todos ellos atribuidos a un muñeco. Increíble.</div>
<div style="text-align: left;">
Casi tres décadas más tarde, en el 2016, fueron encontrados tres nuevos cuerpos, todo apuntó a una nueva serie de asesinatos perpetrados por muñecos, por muñecas esta vez. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Mi nombre es Ayleen Bell, mi padre; Ronnie Bell, fue quien llevó el caso. Lo que os voy a explicar a continuación es lo que sucedió:</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Por aquel entonces yo tenía siete años, se acercaba el día de mi cumpleaños, mi padre, sumergido como siempre en su trabajo, hacía caso omiso de mis interrupciones, por la constante concentración en la que se hallaba. No soportaba tener un caso abierto sin ser solucionado, sin embargo, era adicto a ellos.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
El primer cadáver que se encontró, asfixiado sobre la cama, y con una envolvente fragancia, fue el de Catherine Shue, de sesenta y tres años de edad. La habitación en la que se hallaba el cuerpo olía a lavanda, el mismo aroma que desprendía la boca abierta de la víctima. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
El mismo día encontraron el segundo cadáver, una niña de doce años, asfixiada sobre su lecho, con la boca y los ojos abiertos de par en par, el olor, esta vez, era una dulce fragancia a vainilla.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Al día siguiente, de madrugada, un tal Will Martinez llamó a la policía, había hallado el cuerpo de su mujer sin vida, a su lado, en la cama, y adivinen, boca y ojos abiertos, y una penetrante fragancia a sándalo.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Will Martinez fue detenido inmediatamente, también Jeff Taylor, hijo de Catherine Shue, la primera víctima encontrada, y Joshua Evans, el padre de la pequeña, Rossie, hallada en segundo lugar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Fueron detenidos e interrogados por mi padre, los tres se encontraban en casa de las víctimas, no había nadie más a parte de ellos. ¿Quien podría haber cometido aquellos asesinatos, si no ellos?</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Lavanda, vainilla y sándalo.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Papá, quiero a las "Triplet Fragance" para mi cumpleaños.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Ahora no, cariño, papá está trabajando en un nuevo caso, mañana me cuentas que es eso.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Mi padre encontró una conexión entre los tres detenidos, y no era una conexión cualquiera. Uno de ellos, Joshua Evans, fue detenido dos años atrás por un presunto secuestro y asesinato, pero fue absuelto por falta de pruebas. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Mi padre halló tales pruebas, unas cintas de vídeo, en ellas, Evans, junto a Martinez y Taylor, torturaban, violaban y asesinaban a tres mujeres en una juguetería. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Las tres mujeres resultaron ser; Samantha, Ruth y Adele Lee Ray, trillizas, hijas de nada más ni nada menos que de Charles Lee Ray, el estrangulador de "Lake Shore".</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Mi padre y yo mirábamos la televisión, algo inusual, estaba muy cansado y por fin necesitó despejarse un poco, dejar a un lado, por un instante, el nuevo caso que le quebraba la cabeza.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Esas son las "Triplet Fragance", las quiero para mi cumpleaños, papá.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
En el anuncio mi padre contempló a las tres muñecas más lindas de todos los tiempos, las trillizas de pequeños cuerpos de felpa y aroma a lavanda, vainilla y sándalo.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Mi padre llamó al forense.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Jim. ¿Qué encontraste en el estómago de los cuerpos al realizar la autopsia?</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- No he abierto sus estómagos.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Hazlo inmediatamente e infórmame.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
A la mañana siguiente, Jim Knock, el forense, llamó a mi padre.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Increíble, Ronnie. En los tres cuerpos hay tejidos de felpa, de ahí provienen las tres fragancias. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Mi padre murió el año pasado de un tumor cerebral, ahora está junto a mi madre, Felicia.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
En los archivos de su ordenador encontré de todo sobre sus casos, este fue el más extraño, sin duda.</div>
<div style="text-align: left;">
Hoy os cuento lo que ocurrió, pero sé que nadie lo creerá.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
* * *</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- No cuelgue, por favor. Señor Bell, el mundo debe saber...</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
- Si, quizás si. Pero no seré yo quien lo cuente.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-Hy6IC9BuqYw/V_FEn53FGEI/AAAAAAAACvo/KC0Fkek3fUcuUtBA4WV9Db8Uzg8Ln-3YgCLcB/s1600/Asesinas%2Bde%2BFelpa%2BTriplet%2BFragance.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://4.bp.blogspot.com/-Hy6IC9BuqYw/V_FEn53FGEI/AAAAAAAACvo/KC0Fkek3fUcuUtBA4WV9Db8Uzg8Ln-3YgCLcB/s320/Asesinas%2Bde%2BFelpa%2BTriplet%2BFragance.png" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Fin</div>
<div style="text-align: left;">
<br />
En "<a href="http://laceldaacolchada.blogspot.com.es/p/asesinas-de-felpa.html" target="_blank">La Celda Acolchada</a>":<br />
<br />
* <a href="http://laceldaacolchada.blogspot.com.es/2016/09/matilda.html" target="_blank">Asesinas de Felpa: Matilda</a> Por: Santiago Estenas<br />
<br />
* <a href="http://laceldaacolchada.blogspot.com.es/2016/09/una-lagrima-corrio-por-mi-redondeada.html" target="_blank">Asesinas de Felpa: Valentina</a> Por: Mendiel<br />
<br />
*<a href="http://laceldaacolchada.blogspot.com.es/2016/10/felisa.html" target="_blank"> Asesinas de Felpa: Felisa</a> Por: Soledad Gutiérrez<br />
<br />
* <a href="http://laburbujaliterariadejc.blogspot.com.es/2016/10/asesinas-de-felpa-gina.html" target="_blank">Asesinas de Felpa: Gina</a> Por: José Carlos García<br />
<br />
* <a href="http://laceldaacolchada.blogspot.com.es/2016/10/queca.html" target="_blank">Asesinas de Felpa: Queca</a> Por: Ricardo Zamorano </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com40tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-12683248846958170932016-09-17T12:23:00.001+02:002016-09-17T12:34:09.704+02:00Los Acertijos del Joven Watson: OcultoAunque os cueste de creer, yo también fui niño. Por aquel entonces no tenía bigote, y ya conocía al gran detective asesor que sería mi mejor amigo, Sherlock Holmes.<br />
<br />
Eramos dos críos jugando a resolver los acertijos que yo mismo inventaba y escribía, en el 221B de Baker Street. La señora Hudson, nuestra canguro, nos preparaba té con leche y unas deliciosas galletitas con sésamo. Allí pasamos las tardes, jugando a la ciencia de la deducción.<br />
<br />
- ¿Qué nos has escrito hoy, querido Watson?<br />
<br />
Sherlock sopló su pipa de pompas de jabón mientras yo abría mi pequeña libreta de acertijos literarios.<br />
<br />
- Leo sin pausa, amigo Sher.<br />
<div style="font-family: georgia, serif;">
<div style="text-align: center;">
<b><span style="color: #cc0000;"><br /></span></b>
<b><span style="color: #cc0000;">Oculto</span></b><br />
<b><span style="color: #cc0000;"><br /></span></b></div>
</div>
<b><i>"Despertó y al instante pudo oler la sangre. Se puso en pie, salió de la habitación, dio doce pasos y giró a la izquierda, la luz estaba encendida, sin embargo se golpeó con una esquina de la mesa del comedor. Gus no ladró.</i></b><br />
<b><i>Un estruendo metálico en sus oídos lo paralizó. El incesante bombeo de su corazón no le permitía oír una respiración ajena, oculta en la cocina."</i></b><br />
<b><i><br /></i></b>
- Gran enigma, compañero, pero fácil de resolver.<b><i> "Se despertó y olió la sangre al instante"</i></b>... Al remarcar que olió la sangre al instante señalas su gran sentido olfativo, <b><i>"salió de la habitación"</i></b>, no hay extrañeza ni confusión, el sujeto sabía donde se encontraba, probablemente en su casa... Esto es muy interesante: <b><i>"dio doce pasos"</i></b>, contabiliza sus movimientos, de nuevo<i><b> "gira a la izquierda"</b></i>, el gran detalle:<b><i> "la luz estaba encendida"</i></b>, queda claro que no fue él quien la prendió, es decir, que no le hacía falta luz para andar por su casa, <i><b>"Sin embargo al girar a la izquierda se golpeó con la esquina de la mesa del comedor"</b></i>... Está claro, Watson.<br />
<br />
- ¿Si?<br />
<br />
- Pues claro.<br />
<br />
Sherlock sopló de nuevo su pipa de juguete y prosiguió con su acertada elucubración.<br />
<br />
- El sujeto es ciego, y no está solo. Alguien ha entrado en su casa y ha movido la mesa. Y aquí se redondea la cuestión: <i><b>"Gus no ladró"</b></i>, su perro lazarillo, sin duda. <i><b>"Un estruendo metálico, y una respiración ajena en la cocina"</b></i>. Me temo, joven Watson, que un ladrón ha entrado en casa del pobre invidente, ha asesinado a su perro, y al oír acercarse al inquilino, su arma homicida se le ha caído al suelo, un cuchillo, no cabe duda.<br />
<br />
- Elemental, querido Holmes.<br />
<br />
- Eso lo debería decir yo.<br />
<br />
- No lo veo diciendo algo así en las novelas que escriban sobre usted.<br />
<br />
- Quizás si, en las series y películas basadas en dichas novelas.<br />
<br />
- Si, caracterizado en pantalla lo veo más diciendo ese tipo de cosas...<br />
<br />
- Elemental, querido Watson.<br />
<br />
...<br />
<br />
- Fantástico, amigo Sherlock. Dio usted en el clavo en todo, menos en un pequeño detalle...<br />
<br />
- Siempre se escapa algo, siempre...<br />
<br />
- El inquilino era ciego, y el asesino... sordo. El cuchillo se le cayó sin más, no por oír al dueño de Gus. Si se hubiera percatado de su presencia se habría aferrado con más fuerza al mango del arma, y no hubiera tardado en sorprender y acabar también con la vida del invidente.<br />
<br />
- Cierto, Watson. ¿Que ocurrió después?.<br />
<br />
- Ese enigma es indescifrable, pero por probabilidad, no acabó nada bien, en absoluto, para ninguno de los presentes.<br />
<br />
...<br />
<br />
Y así pasamos una tarde más, jugando a la ciencia de la deducción, resolviendo acertijos, disfrutando como dos críos en la inmensa niebla del misterio.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-Hz9ruaUGh9s/V90WDJV4fhI/AAAAAAAACuM/IsPzM798jNgU1k5ukHDSx0O42f6zJPdjACLcB/s1600/Los%2BAcertijos%2Bdel%2BJoven%2BWatson%2BOculto.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="277" src="https://3.bp.blogspot.com/-Hz9ruaUGh9s/V90WDJV4fhI/AAAAAAAACuM/IsPzM798jNgU1k5ukHDSx0O42f6zJPdjACLcB/s320/Los%2BAcertijos%2Bdel%2BJoven%2BWatson%2BOculto.png" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Fin</div>
<br />
<br />
<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-39828568622972658372016-09-15T15:25:00.000+02:002016-09-17T11:31:29.872+02:00Intruso<span style="font-family: "georgia" , serif; font-size: 16px;"><b>Acertijos Literarios</b></span><br />
<span style="font-family: "georgia" , serif; font-size: 16px;"><br /></span>
<span style="font-family: "georgia" , serif; font-size: 16px;">Una nueva iniciativa literaria en el Rincón que consiste en una serie de micros muy breves. Instantáneas en tiempo real en las que el lector podrá jugar con ingenio, imaginación y deducción para resolver el enigma que se oculta tras la escena escrita.</span><br />
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px;">
- ¿Quienes son los personajes que hay en escena? (Vínculos entre ellos, características especiales.)</div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px;">
- ¿Qué ha sucedido en la escena? (Crimen, tentativa, secuestro, robo...)</div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px;">
Como suele decir el personaje más famoso de Arthur Conan Doyle: "Comienza el juego":</div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px; text-align: center;">
<b><span style="color: #cc0000;">Intruso</span></b></div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px; text-align: center;">
<b><span style="color: #cc0000;"><br /></span></b></div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px; text-align: left;">
Dimos una vuelta más, no se cuantas llevábamos ya, mi memoria me traiciona.</div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px; text-align: left;">
Siempre fuimos dos, pero en un instante, regresó la sombra que oculta el sol y todo cambió en un segundo. Ya no estábamos solos. El intruso se comió a mi hermano, yo pude escapar. Salté al exterior y dejé de respirar.</div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-TbrpOMNGjXc/V9rLedicTHI/AAAAAAAACt4/6loAynHmV2MUQbiwaBSnJr7pHWlcE-B1wCLcB/s1600/Intruso.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://3.bp.blogspot.com/-TbrpOMNGjXc/V9rLedicTHI/AAAAAAAACt4/6loAynHmV2MUQbiwaBSnJr7pHWlcE-B1wCLcB/s320/Intruso.png" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif; font-size: 16px; text-align: left;">
<br /></div>
Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com30tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-29765141475737851032016-09-14T16:37:00.000+02:002016-09-17T11:31:13.133+02:00Oculto<b>Acertijos Literarios</b><br />
<b><br /></b>
<span style="font-family: "georgia" , serif; font-size: 16px;">Una nueva iniciativa literaria en el Rincón que consiste en una serie de micros muy breves. Instantáneas en tiempo real en las que el lector podrá jugar con ingenio, imaginación y deducción para resolver el enigma que se oculta tras la escena escrita.</span><br />
<div style="font-family: georgia, serif;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif;">
- ¿Quienes son los personajes que hay en escena? (Vínculos entre ellos, características especiales.)</div>
<div style="font-family: georgia, serif;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif;">
- ¿Qué ha sucedido en la escena? (Crimen, tentativa, secuestro, robo...)</div>
<div style="font-family: georgia, serif;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif;">
Como suele decir el personaje más famoso de Arthur Conan Doyle: "Comienza el juego":</div>
<div style="font-family: georgia, serif;">
<br /></div>
<div style="font-family: georgia, serif;">
<div style="text-align: center;">
<b><span style="color: #cc0000;">Oculto</span></b></div>
</div>
<br />
Despertó y al instante pudo oler la sangre. Se puso en pie, salió de la habitación, dio doce pasos y giró a la izquierda, la luz estaba encendida, sin embargo se golpeó con una esquina de la mesa del comedor. Gus no ladró.<br />
Un estruendo metálico en sus oídos lo paralizó. El incesante bombeo de su corazón no le permitía oír una respiración ajena, oculta en la cocina.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-RRhSKaiZTYg/V9m5y2SQ03I/AAAAAAAACsw/Qtx0J7DWh3kasjBDyKHRnSbNbAFmyz22ACLcB/s1600/Oculto.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="160" src="https://2.bp.blogspot.com/-RRhSKaiZTYg/V9m5y2SQ03I/AAAAAAAACsw/Qtx0J7DWh3kasjBDyKHRnSbNbAFmyz22ACLcB/s320/Oculto.png" width="320" /></a></div>
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<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-6972324564588950572016-09-10T18:14:00.000+02:002016-09-17T11:29:52.273+02:00PolaroidEl profundo corte en la mejilla desfiguró su sonrisa. Las lágrimas empaparon la mordaza de su hermana. Aquello dejó de ser un juego. Se apagaron las luces, y el flash se disparó una última vez.<br />
Madre empezó a reír, padre la hizo callar. Y yo, encendí la luz de nuevo para observar el resultado de la fotografía.<br />
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<a href="https://3.bp.blogspot.com/-MGhh-OJBIwo/V9Qv-qNrWfI/AAAAAAAACrY/Ve9yZex6sDkJKna1kCQtAjXWqU7DUdqYQCLcB/s1600/Polaroid.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://3.bp.blogspot.com/-MGhh-OJBIwo/V9Qv-qNrWfI/AAAAAAAACrY/Ve9yZex6sDkJKna1kCQtAjXWqU7DUdqYQCLcB/s400/Polaroid.png" width="400" /></a></div>
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<br />Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-4095069226094316456.post-42891725574344288632016-09-07T21:50:00.000+02:002016-09-07T21:50:38.275+02:00Todo está conectado- ¿Es tuya esta cartera?<br />
<br />
- Si, es mía... Pero... ¿Cómo?<br />
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- La he encontrado en el suelo. He mirado el carné de identidad. La llevaba a comisaría, pero al cruzarme contigo te he reconocido por la foto.<br />
<br />
- Gracias, muchas gracias. Ni siquiera sabía que la había perdido.<br />
<br />
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* * *</div>
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<br /></div>
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Lo recuerdo como si hubiera sucedido hoy, y jamás ocurrió. La recuerdo como si hubiéramos compartido toda una vida juntos, y tan siquiera la llegué a conocer.</div>
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Caminaba por la rambla de las flores de Barcelona, no se hacia donde me dirigía, puede que se tratara de un paseo sin destino, admirando la gente, la música, las pinturas y las obras arquitectónicas. Entonces me crucé con la mujer más linda que mis ojos hubieran visto. No fueron sus curvas, ni sus andares, ni su cabello negro, ni tan siquiera su mirada. Fue aquella sonrisa que me regaló, la que me enamoró al instante. Cruzamos nuestros caminos, y nunca la volví a ver. Pero su recuerdo quedó grabado a fuego en mi interior.<br />
<br />
¿Por qué? ¿Por qué no la detuve para hablar con ella?... Supongo que no hubiera sido apropiado, quizás la habría asustado. Pero aquella sonrisa... Aún juraría que fue dedicada a mí, directa a mi alma, como si nos conociéramos de toda la vida, o mejor dicho, de toda una vida juntos.</div>
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- ¿Quieres ir a tomar algo? ¿Un helado?</div>
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- Sí, quiero.</div>
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- ¿Quieres a Sofía como tu legítima esposa, hasta que la muerte os separe?</div>
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- Sí, quiero.</div>
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Nos casamos el diez de mayo de 1998. Gabriel nació a los dos años...<br />
<br />
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...Murió el tres de septiembre del 2010.</div>
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Mi pequeño Gabriel, mi amor.<br />
<br />
Sofía murió el mismo día, yo morí el mismo día. No recuerdo nada más desde aquel fatídico día en el que todo lo que fuimos alguna vez, desapareció.</div>
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Un coche se subió a la acera y arrolló a nuestro hijo, murió al instante. Nuestras almas, todos nuestros recuerdos se fueron con él.</div>
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<br /></div>
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Tan solo me quedó una imagen tras el accidente. La mirada del hombre que conducía aquel auto. En pie, en el juicio, declarándose culpable del homicidio involuntario. Se dio a la fuga, pero no fue difícil encontrarlo, ni Sofía ni yo vimos la matrícula, pero sí un testigo que caminaba detrás nuestro, y la apuntó en su teléfono.</div>
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Recuerdo su mirada y sus palabras en el juicio.</div>
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<b><br /></b></div>
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<i><b> "Me dormí al volante, el ruido del choque me despertó, tuve miedo y huí. Vi el cuerpo del pequeño por el retrovisor".</b></i></div>
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Le condenaron a cinco años de cárcel. Se ahorcó al mes siguiente de entrar en prisión.</div>
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Eso es todo lo que recuerdo. Como un fugaz cortometraje, proyectado tras mis párpados cerrados.</div>
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* * *</div>
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Creo que la vida le dio otra oportunidad a aquel hombre. Regresó de nuevo y enderezó su camino.</div>
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No robó mi cartera, ni se le cayó a unos metros de mí. Sofía no pudo hallarla y ver mi foto. No pudo reconocerme y acercarse a mí. No pudimos conocernos. Aún así me regaló una sonrisa que se grabó a fuego en mi interior.</div>
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<br /></div>
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Lo recuerdo como si hubiera sucedido hoy, y jamás ocurrió. La recuerdo como si hubiéramos compartido toda una vida juntos, y tan siquiera la llegué a conocer. Lo recuerdo todo, pero tan solo se trata de un sueño del que no logro despertar. Cada noche se repite, cada mañana lo tengo presente.</div>
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<br /></div>
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Sé que existes, Sofía. Tuvimos un hijo, le llamamos Gabriel.</div>
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* * *</div>
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Creo que la vida le dio otra oportunidad a aquel hombre. Regresó de nuevo y enderezó su camino.</div>
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No robó mi cartera, ni se durmió al volante jamás.<br />
<br />
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<a href="https://4.bp.blogspot.com/-3qhogRjOUDw/V9Axxoxdy1I/AAAAAAAACpk/YgZuNpBpyNU9KaFUC1lwR8g7dDooP08cQCLcB/s1600/Todo%2Best%25C3%25A1%2Bconectado.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="285" src="https://4.bp.blogspot.com/-3qhogRjOUDw/V9Axxoxdy1I/AAAAAAAACpk/YgZuNpBpyNU9KaFUC1lwR8g7dDooP08cQCLcB/s320/Todo%2Best%25C3%25A1%2Bconectado.png" width="320" /></a></div>
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<i><b><span style="font-size: x-large;">fin</span></b></i></div>
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Edgar K. Yerahttp://www.blogger.com/profile/05840781144895205942noreply@blogger.com26