Aquella tarde rompí con mi perfecta rutina y me fui a pescar.
Sentado al borde de un acantilado, lancé el invisible hilo de mi imaginaria caña, con la esperanza de pescar alguna idea. En breve algo muy grande empezó a tirar de mí, mar adentro. La caña se partió en dos y caí hacia atrás, dándome un buen trompazo en la sien. Vi las estrellas, y me aferré con fuerza a una de ellas.
En ese instante encontré la anhelada inspiración.
Continúo con mi rutina, disfrutando de una gradual mejora, pero de vez en cuando rompo con ella, me lanzo al mar, y con mis propias manos agarro alguna buena idea con la que satisfacer mi creatividad.
Un mar de letras al que he regresado no solo por necesidad, si no por puro gozo.
Edgar, un relato perfecto, introspección en estado puro, esperanza para quienes se ahogan en la realidad y un espejo para los cazadores de ideas.
ResponderEliminarCésar, un comentario perfecto, jajaja, es más, mejor que el propio relato.
EliminarMuchas gracias.
Abrazo, Compañero de Celda.
Sí, ese mar de letras y la constante relación alejamiento/cercanía que terminamos teniendo con él. Unas veces lo necesitamos como el aire, y otras...lo deseamos bien lejos una temporada por saturación. Buen micro reflexivo, sigue lanzando esas cañas imaginarias y pescando por placer :)
ResponderEliminarCierto, amigo.
EliminarUn mar en el que bañarse cuando mente y cuerpo lo necesitan, cuando apetece, por puro gozo.
Muchas gracias, José Carlos.
¡Abrazo, Compañero de Celda! ;)
Un genial micro-reflexivo, Edgar.
ResponderEliminarA veces la rutina nos paraliza, relaja e impide que hagamos aquello que tanto necesitamos, no se encuentra una razón lógica para ello. Solo tiempo. Pero una vez paras y sales de allí, siempre, siempre, terminas por volver a ese punto que uno tanto ansía, necesita y da alma.
Besos y feliz regreso, compi! :)
Tú lo has dicho, y no se me ocurre mejor manera de expresarlo.
EliminarMuchas gracias, Irene.
¡Besos, Compi! ;)
Con tu permiso, voy a ir a pescar por ahí.
ResponderEliminarSaludos.
Seguro que pescas algo bueno, máquina.
Eliminar¡Abrazo!
Un relato que puede tratarse dd una medicina para cualquer artista que se sienta bloqueado, al que parece que la inspiración lo ha abandonado. Romper con la rutina es algo que puede hacer que esa inspiración se encuentre de nuevo.
ResponderEliminarGran metáfora, Compañero.
Un abrazo.
Muchas gracias, Ricardo.
EliminarEn efecto, no hay nada mejor para que brote la inspiración, que romper por un instante con la rutina, y dejarse llevar por el lado más creativo y sorprendente de nuestra mente.
¡Abrazo, Compañero!
Acabo de descubrir el blog y sólo he leído dos relatos por ahora. El anterior me gustó, pero este me ha encantado. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por la lectura y comentario, Aleksei.
EliminarBienvenido al Rincón.
Saludos.