Como entrante, una rica sopa fría. Como un gazpacho veraniego, para combatir el calor.
250 gr. de fatiga.
300 gr. de depresión.
6 cucharadas de locura.
Una pizca de perversión.
De segundo, un delicioso pastel de carne, lo he picado todo, bien triturado.
Y de postre... Sentiré de nuevo el palpitar en mi paladar. Mis papilas gustativas gozarán con los pequeños corazones que un día nos llenaron el alma... Hoy llenarán mi estómago.
Mi mujer, que en paz descanse, en su lecho de muerte me pidió una cosa y me obsequió con un buen consejo; "Procura que nuestros hijos sean felices y saborea cada instante, la vida es corta". Lo primero no lo estaba logrando, así qué, pondré punto final a mi fracaso como padre y seguiré a rajatabla lo segundo.
39 kg. de carne.
3 litros de sangre.
Como reza el dicho; "De pequeños te los comerías, luego te arrepientes de no haberlo hecho".
Yo no experimentaré tal arrepentimiento.
Fin
Jajajaja...Buen menu si señor. Ademas sale barato, con lo que te ahorras en ropa, libros y matriculas del colegio.
ResponderEliminarExcelente compañero.
Un abrazo
Jajajaja... Es un ahorro, ¡Si señor!
EliminarMuchas gracias, Oscar.
Abrazo, compañero.
Pues nada Edgar, tal y como reza tu ilustración: ¡Buen provecho! Aunque, bien mirado, no está mal la óptica de Oscar Ryan. ¡Lo que te vas a ahorrar en ropa, libros y matrículas de colegio! Y hasta de Ipods, consolas de videojuego, tablets y esas cosas que gastan los niños de hoy en día. Hay qué ver lo viejuno que uno se siente cuando echa la vista atrás, a su infancia, y sólo ve canicas, un ocasional yoyó de Fanta y un balón de fútbol que nosotros decíamos "de reglamento" pero que ni de coña. Por cierto, el prota de tu micro no se llamará Hannibal, ¿no? Un abrazo. : )
ResponderEliminarNos hacemos mayores, Pedro... Jajajaja
EliminarPues si, Hannibal es el protagonista de este micro, es parte de un capítulo que descartó Thomas Harris de "El Dragón Rojo", creyó que podría herir la sensibilidad de sus lectores y un día tomando un Bitter Kas en un chiringuito en Torre Viejuna, me lo comentó, me interesó y me lo cedió, con la condición de que lo comentara en mi blog. Dicho y hecho.
Muchas gracias por pasar por aquí, leer y comentar.
¡Abrazo, Compañero!
Vamos a ver compañero...O esto es broma, o te tengo que hacer la ola...Jajaja
EliminarNo, no, va muy en serio... Jajajajjaja
EliminarMe puede ofertar otro menú? Plis! Jajajaja
ResponderEliminarBesos, Edgar :))
Por supuesto señorita... Tenemos otro menú, pero... Es muy macabro, no apto para estómagos sensibles. Le recomiendo que deguste el ofertado, es más tierno y jugoso. Jajajaja
EliminarMuchas gracias, Yayone.
¡Besos, Compañera!
Como Saturno, devorando a sus hijos. Lechoncitos aún, sin pelo más que en la cabeza, tiernos y jugosos, con sus hígados y rinones aún virgenes de alcohol. Cerebros llenos de nutritivas neuronas. Es sin duda el momento. Mas tarde no, que ya no podemos con ellos, jajajaja. Un micro pleno de humor negro que esconde el mayor de los terrores que puede tener un niño: que el daño le venga de quienes más quiere. Abrazos, maquina.
ResponderEliminarPues sí, si te vas a comer a tus hijos, hazlo antes de que estén contaminados...
EliminarEs humor negro, terror gracieta, nada serio. La realidad del daño a los hijos, eso es autentico terror, nada parecido a esto. Aunque también he tratado el tema, véase Capitán V...
Muchas gracias, Fernando.
¡Abrazo, Catacracker!
Ayyyyyy que imagen me has dejado. Totalmente escalofriante. No volveré a decir esa frase sin pensar en tu relato. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Cuando ves un bull dog francés aún te acuerdas de Gonzo? Voy a llenar tu mente de imágenes aterradoras, yo tengo dos ojos azules y un niño encapuchado en la mía... Jajajaja
Eliminar¡Abrazo y mil gracias, Hermana de Letras!
200 grs de maldad, 1 litro de originalidad y una pisca de humor negro.
ResponderEliminarUn placer saborear este micro, mi amigo de las letras. ¡Bon appétit!
Abrazo, Edgar!
Compartamos este dulce manjar, saboreemos la joven vida... ¡Bon appétit, Ami des lettres!
Eliminar¡Abrazo grande, Federico!
Provecho Edgar! que variado el menú, el postre muy dulce, tierno, suavecito. Nada como un buen fin de cena sabiendo que estas cumpliendo los consejos de tu esposa, supongo que desde el más alla ella sabrá que eras un hombre que sí la escuchaba. En cuanto a los niños, estoy de acuerdo con Oscar, te ahorraste buen dinero de manutención de los críos, sólo tengo una queja, la próxima vez invita a la cena, yo puedo llevar el postre, tengo un sobrino gordito y odiosísimo. Saludos compañero!
ResponderEliminarJajajaja... Muchas gracias, Mendiel.
EliminarQueda pendiente una cena con tu sobrinito de postre, un horneado con salsa agridulce estaría de lujo.
¡Abrazo, Amiga de Letras!
Un buen menu para ser feliz, porque la vida no está hecha para contar calorias. Me ha parecido muy original tu forma de presentar la historia. Me ha abierto el apetito para leer más historias tuyas.
ResponderEliminarUn saludo.
Jajajaja, que bueno! Me alegra que te lo haya parecido así, Santiago.
EliminarLee cuanto gustes, por mí, encantado!
Abrazo, compañero.
Tan macabro como original, con ese punto de humor negro. Un micro excelente.
ResponderEliminarAbrazo!!!!
Macabro y humor negro, esa es la fórmula de este micro, sí señora.
EliminarMuchas gracias, Skuld.
Abrazo, compañera.
aishh!! con que clase de gente te estas juntando :( tan brillante tu forma de acaparar al lector ,muy diabolica cabeza tienes, morboso! y yo que vengo toda inocente a leerte.
ResponderEliminarme voy corriendo ...te dejo un chocobeso!
Ahí le had dao, eso m pasa por juntarme con según quien.
Eliminar¿Inocente? Mmmmm
Muchas gracias, Ady.
Abrazo, Choco Compañera.
Hola Edgar..... bue me dejaste sin palabras.Felicidades porque tu cuento da escalofríos, lograste el cometido.
ResponderEliminarEso si, si fuera tu vecina cuando te veo llegar encierro a mis hijos, ja ja.
Te envío un abrazo.
Hola Mónica!
EliminarMe alegra saber que da escalofríos...
Si fueras mi vecina sabrías que no soy capaz ni de matar a una mosca...jejeje
Abrazo, compañera y muchas gracias.
Yo siempre digo que los niños son deliciosos. Buen provecho pues!!!
ResponderEliminarUn abrazote compi.
¡Deliciosos, Mercedes! Para comérselos a besos, no más!
EliminarMuchas gracias, compañera.
Abrazos Abrazos!!
Un relato muy original en su modo de contarlo, en su estructura. Una historia muy oscura y macabra narrada en clave de humor negro. Mediante una lista de la compra muy especial, vas intercalando la historia de un hombre que ha perdido a su mujer y que se ha quedado solo con sus hijos. La desesperación, la locura, el miedo, le llevan a tomar una decisión a la que él intenta dar lógica con una frase hecha que me saco la sonrisa por su uso macabro. ''De pequeños te los comerías''. Y este hombre, se toma muy literal esta frase. Sí, señor.
ResponderEliminarAbrazo, Compañero de Palabras.
Muchísimas gracias, Ricardo.
EliminarSí, se toma la frase al pie de la letra y elabora una terrorífica receta, no apta para estómagos humanos.
Abrazo grande, Compañero de Palabras.
Un menú compartido en familia...¡Dios que buen padre!
ResponderEliminarSaludos
jajajaja.. Un padre ejemplar, digno de un reconocimiento popular, en una película de los inicios de Peter Jackson!
EliminarGracias, Francisco. Abrazo, compañero.
Buff Edgar, que miedo, un auténtico psicópata de manual, sin ni pizca de arrepentimiento.
ResponderEliminarLa frase final me ha hecho sonreír. Combinas de forma maestra ese humor negro, que a pesar de escandalizarte, te hace sonreír. Menudo monstruo.
Felicidades como siempre.
Muchas gracias, Conxita.
EliminarTal cual, el micro busca una sonrisa, una mueca que escandaliza, un monstruo disfrazado de caricatura.
Felicitaciones compartidas, Compañera de Palabras. ;)
¡Aaaaay! ¡Por todos los Dioses del Averno! ¡Desaparezco un par de semanas y abres un Restaurante! ¡Wiiiiiii! ¡Yo quiero un pase VIP! Vamos... ¡Un pase de esos Macabros! ¡Qué a mí me gusta repetir el postre tres veces! ¡Y con extra de sirope de fresa sangrienta! xDD
ResponderEliminarNo si... En cuanto he leído lo de "Procura que nuestros hijos sean felices y saborea cada instante, la vida es corta", ya me los he imaginado echos picadillo, como en la canción de "Don Federico mató a su mujer, la hizo picadillo y la puso a cocer...", pero solo que con críos y pasados por la Termomix y sus grandes recetas...
¡Qué Bruto que eres, Edgar! ¡Y como me encanta! #SeSabe
¡Besazosssss, Apañerico! ;3
Jajajajajaja... ¡Muchas gracias, Campanilla!
EliminarA mí me encantan tus comentarios... ¡Los echaba de menos!
En este caso "Don Manuel hizo picadillo a sus niños y los sirvió con mucho amor" XD
Confieso que este micro es de lo más macabro que he escrito, pero lo he hecho con humor para no crear "mala saña", una "lasaña" no más, jajajaja
El día que mis hijos tengan edad para leerlo y lo hagan, no sé yo... ¡Me da un poco de miedito!
¡Besazos, Apañera! #SeSabe
Saludos Edgar, buen micro. Qué recetas tan macabras y que terrorífica forma de saborear la vida. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarSaludos, Mery, muchas gracias. Receta macabra y terrorífico banquete, sí señora.
EliminarÍdem, compañera. Abrazo.
Ja ja ja ja.
ResponderEliminarBuenísimo Edagr, y el final, no puede una dejar de reír.
Un abrazo.
Me alegra que te haya resultado tan divertido.
Eliminar¡Abrazo, Compañera! ;)
Perdón Edgar, te cambié el nombre.
ResponderEliminarEl micro es sensacional.
Un abrazo.
Nada que perdonar, Lucía.
EliminarMuchas gracias.
¡Abrazo!
Hola Edgar.
ResponderEliminarUn micro macabro, muy bien desarrollado y con un final acorde.
Felicitaciones.
Abrazo
Hola, Ricardo.
EliminarAgradezco tu positiva valoración.
Felicitaciones compartidas.
¡Abrazo!
Muy bueno, Edgar! Me ha gustado mucho, aunque vaya padrazo, jaja. A eso se le llama sentimiento, saborear cada instante, jaja ; )
ResponderEliminarMuchas gracias, Ramón.
EliminarUn padrazo digno de representar en el museo de los horrores... ¡Sentimiento con condimento! XD
Saludos, compañero.
Macabro pero muuuy bueno!! Creo que el protagonista cogió un pequeño atajo a la hora de cumplir los deseos de su esposa, pero con lo difícil que es criar hoy a los hijos, quién podría culparle... jajajajajaa.
ResponderEliminarMe encanta ver que tu inspiración sigue en plena forma!!
Un abrazote enorme, Edgar!!
Jajajajaja... Desde luego, Julia. ¿Quien culparía a un padre caníbal devorador de hijos? ¿Es que nos hemos vuelto locos?
EliminarMuchas gracias compañera..
¡Abrazote enorme, Amiga!
Original micro! De ahora en más cuando mire a mi hijo lo haré con otros ojos ajaja
ResponderEliminarMuchas gracias, Soledad.
EliminarYo a los míos los miro y pienso... "¿Sal o pimienta?" jajaja
Abrazo, compañera. ;)
Una medida inteligente, crias tu propia carne y la comes tierna. Un placer reservado a paladares refinados.
ResponderEliminarMuy buena propuesta culinaria.
Je,je. Buenísimo. Esa frase la he escuchado de mi madre infinitas veces. Por suerte para mí, seguirá arrepentida para siempre. =P
ResponderEliminarUn abrazo. =)
Vuelvo a leerlo y se me vuelve a abrir el apetito. Ahora mi familia a aumentado la carta del Menú y tengo más pequeños sobrinos y primos. Ñam!!
ResponderEliminarEs curioso, Compañero, tú, sin saberlo, te habías adelantado mucho antes a la propuesta de la Celda, jajajaja. Gran relato.
ResponderEliminarUn abrazo, Edgar.
¡Muchas gracias a los Cuatro Jinetes de la Acolchalipsis!
ResponderEliminar¡Abrazos Celdíacos... y Aliñados! ;)
Ufff... qué macabro, Compi! Pero buenísimo, jaja
ResponderEliminarAunque yo voy a seguir comiéndomelos a besos, aunque después diga eso del arrepentimiento, jeje ;)
Abrazo grande!!!
Jajaja... Sí, a besos es la mejor manera.
EliminarMuchas gracias por visitar los rincones más macabros del Rincón, Flora.
¡Abrazo, Compañera! ;)
Hola de nuevo Edgar ¡Qué extraño! juraría que dejé publicado un comentario y ahora no aparece... En fin... ¡Los hados me han sorprendido hoy!
ResponderEliminar¡Saludos!
Yo no lo he borrado, promesa.
EliminarGracias por pasar por el Rincón más macabro, Estrella.
¡Saludos! ;)