sábado, 23 de mayo de 2015

Camino Hacia la Paz

Me sentía abatido, caminar era arrastrar un cuerpo con los pies enfermos, a plomo, la cabeza a punto de estallar, llevaba una semana con un cuadro vírico que no parecía querer morir, desvanecerse y dejar mi cuerpo y mi mente airearse, resurgir.

Tenía cientos de letras ancladas al alma, palabras de amor con alas de mariposa recién horneadas en un mundo de piruletas. Palabras de una fábrica de sueños falsos que te proporcionaban una sonrisa inerte en la mirada. Palabras de un niño qué, reflejado en el espejo de un mundo futuro desolado, ansiaba un poco de calor y cariño. Palabras escondidas tras unos ojos azules inyectados en una espesa niebla de maldad. Palabras de seres mágicos de un mundo de ensueño, entre los que yo me hallaba con un pasado distinto, triste e igualmente abatido en mi destierro. Palabras de una anciana sabia que deseaba que encontrara mi libre pensamiento en cientos de libros de un estante de sabiduría y comprensión. Incluso palabras acusadoras que no tenía porque leer. Y otras muchas palabras de licantropía, payasos infernales, insectos hambrientos, viajes desafortunados, lujuriosas cerezas, hijos monstruosos y otras pesadillas asfixiantes. Tenebrosas y macabras, palabras.

Eran precisamente palabras de horror las que circulaban por mis neuronas, en busca del final a una saga literaria en proceso, cuando mis pies se detuvieron.

Me hallé quieto ante un escenario. Los carteles rezaban la semana por la paz. Una maestra de escuela anunció el acto. Los alumnos de la Escuela Tordera saldrían a escena en un canto por la paz.

Tres chicas, una de origen europeo, otra asiática y la última, árabe. Dos chicos, uno europeo y el otro africano.

Recitaron un poema. Hablaba sobre el momento en el que nacemos, libres de sentimientos y pensamientos de raza y sexo, libres de identidades futuras, de religiones, de deseos más allá de la mera supervivencia y afecto. Hambre y amor. Las dos necesidades básicas que mueven el mundo.

Hablaba sobre como crecemos y alimentamos esa identidad que no tenemos al nacer, como cosechamos una raza, un género, una creencia, una ideología, un sentimiento de pertenencia a una nación, a una clase social, a una religión y a otras cosas aún más banales, como a un equipo de fútbol o a una tribu urbana, todo ello por encima del amor incondicional por el mundo.

Me he sentido tan identificado y liberado. Un grupo de chavales recitando sobre mi forma de ser y pensar. Yo que siempre he creído que somos aquello que anida en nuestro interior, que todos somos uno, que somos muchos los que caminamos hacia la paz.

Al acabar el recital, acompañado de una bella música, mis pies se han vuelto a poner en marcha.

De pronto me he hallado menos abatido, aireado, resurgido. He mirado hacia atrás y he dado las gracias mentalmente y de todo corazón, he mirado hacia adelante y las he vuelto a dar...


... Gracias.

22 comentarios:

  1. Es importante pararse ante otro escenario, como tu personaje, para dejar que entren otras motivaciones que forman parte inherente al ser humano.
    Por otro lado queda bien expresado el cambio sucedido desde el desasosiego, con el que comienzas el relato, a la paz interior del final.
    Un abrazo!

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    1. Sin duda, esos escenarios ante los que nos detenemos y prestamos atención, aportan un sentido y una motivación para y en el camino del ser humano.
      Me alegra que te haya parecido un transcurso narrativo bien expresado.
      Un abrazo y muchas gracias, Yolanda.

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  2. Todo es un transcurrir de estados cambiantes alimentados por tiempo, situaciones y palabras y nosotros, los escritores, esponjas polimórficas absorbiendo y mutando sin descanso.
    Me voy de aquí masticando tus palabras. Gracias y abrazos (:

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    1. Admiro el acierto y el sentido de tu comentario, yo no podría expresarlo mejor.
      Espero que te deje buen sabor de boca esa masticación.
      Gracias a ti. Abrazos, Mar. ;)

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  3. Ayyy Compi que relato más bonito. Seguro que debió ser sensacional sentirse así. Me ha hecho mucha ilusión encontrarme entre tus letras. Sentirme parte de ellas. Aunque también me ha entristecido esas palabras acusadoras. Eso sí, seguro que ese camino hacia a Paz va a ser estupendo y renovado. Esperando tus nuevas letras entre nosotros. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, María. Fue sensacional, no puedo ni quiero olvidar ese gran momento.
      Me alegra que te hayas encontrado entre estas letras, en ellas estarás eternamente al igual que yo, Abatwa, en las tuyas.
      Seguro que será un camino hacia la Paz estupendo y renovado, ya lo está siendo.
      Un fuerte abrazo, Compi!!! ;)

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  4. Edgar,
    Me ha gustado como con tus palabras nos haces pasar de la tristeza y el malestar a esa confianza en que se puede, que hay esperanza de la mano de los niños.Una vez alguien me dijo que cuando nacemos somos como hojas en blanco que se pueden llenar con lo mejor de lo mejor o desgraciadamente con los males que nos afectan. Yo sigo creyendo en los seres humanos y en que somos capaces de las mejores cosas...aunque también de las peores..

    Me ha encantado leer en tu frase "todos somos uno, que somos muchos los que caminamos hacia la paz", un clamor de esperanza, de creer a pesar de los pesares, en el ser humano,

    Feliz domingo

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    1. Muchas gracias, Conxita.
      Me alegra que te haya gustado el texto y su transcurso de sentimientos evolutivos.
      Yo creo que al nacer somos hojas en blanco, pero con un código tan antiguo como las propias estrellas. Sin duda en nuestras páginas podemos escribir tanto bueno como malo hay en el mundo, tenemos las herramientas y el tiempo necesario para aprender que será lo próximo que plasmen nuestros actos, pensamientos y palabras.
      Todos somos uno y caminamos hacia la paz, así lo siento, así lo creo y así lo expreso. Me encanta que te encante esta frase. La esperanza creo que es algo a lo que recurrimos como una ilusión que precisa de nuestra contribución para hacerse realidad, la mera esperanza de brazos cruzados es una fantasía de fácil extinción.
      Feliz semana, compañera!!! ;)

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  5. Ains... Edgar...
    Al igual que María, yo creo que también me he sentido identificada en tus Palabras... No sé, pero al leerte, me da la sensación de que es uno de esos Momentos Vitales en los que uno mismo se replantea mil cositas, que sale de casa con ciertos Pensamientos devorándole la cabeza, que no puede contener, porque son como un torrente... Y que, ¡zas!, en un solo instante todo cambia, la ruleta gira, la Vida te da mil nuevos motivos para seguir caminando... Por eso siempre digo que somos Luz y Oscuridad, no podemos vivir si Ellos, que se complementan, se necesitan...
    A pesar del Gracias del final... Me queda un regustillo amargo tras leerte, muy triste, de mucho pesar... Sea lo que sea... ¡Coraje, Compi! ¡Coraje! ¡Y muchísisimo ánimo!
    ¡Besines! ;)

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    1. Muchas gracias por tus ánimos Campanilla. Entiendo ese regustillo amargo y triste, así me sentía entonces. Esa experiencia y los siguientes pasos, sin embargo, me han llenado de vitalidad, energía y sano entusiasmo. Ahora me siento recién horneado en el mundo de las piruletas. Una fuerza entre la luz y la oscuridad lúcida y de sombras necesarias. Me alegra que te identificaras entre las palabras. Para mí es un placer identificarme en las tuyas.
      ¡Besines, Apañera Feroz!

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  6. A veces las respuestas se encuentran en los sitios más insospechados. Y los niños...eso que una vez fuimos nosotros también, las suelen tener casi todas las respuestas. Quizás, deberíamos ser más niños. Una abraçada company!!

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    1. Gran reflexión, Jordi. Esos niños piden a gritos reavivar nuestras mentes y hablar de corazón como antaño.
      Gracias, compañero. Una forta abraçada!

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  7. Las reflexiones interiores son muy necesarias. Pero luego hay que contrastarlas, ver, observar a tu alrededor, lo que rodea, los escenarios, las situaciones que van pasando. Porque ayuda a digerir y verlo en perspectiva. Por eso me he sentido identificada cuando al ver a ese grupo de jóvenes el protagonista encuentra un camino por el que encauzar sus pensamientos inicialmente de preocupación. La fuerza del colectivo, todos andando en una misma dirección es un mensaje que nos lanzas con el que estoy muy de acuerdo. Me ha encantado el sentido filosófico y social de este relato, es muy bonito su final y está escrito con maestría.
    Un abrazo y feliz inicio de semana!!! ;-)

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    1. También lo creo así, Marisa. Me alegra saber por fin tu nombre. Nuestras reflexiones se licuan con las de los demás, creamos ideas y estas nos estimulan para actuar, para continuar con nuestros caminos.
      Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por tu positiva valoración.
      Un abrazo, compañera! ;)

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  8. Dicen que cualquier cosa puede ser motivo de inspiración para un escritor, y en este relato compruebo que es completamente cierto. Ciscunstancias cotidianas narradas que dan credibilidad al texto :)

    Respecto al recital supuso para tu protagonista y para los que te leemos otra forma de inspiración. No para escribir, sino para vivir. Yo también creo que somos lo que llevamos dentro, lo que sentimos y aquello en lo que creemos. Y somos muchos los que pensamos que la paz es el único camino que merece la pena transitar.

    Precioso texto y maravillosa reflexión, Edgar. No me extraña que diera nueva fuerza a unos pies cansados y abatidos.

    Un abrazo enorme de lunes y gracias por esta inyección de ánimo!! :))

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    1. Parece ser así, para cualquier persona le puede ser inspirador lo que le rodea, para forjar su propio camino. Para el escritor es además una fuente de donde beber para elaborar su pasión, una forma de vida.
      Me honra que te haya gustado, muchas gracias por tu bella valoración, Julia.
      Un abrazo enorme, gracias a ti por pasar, leer y comentar. Mi Amiga y Compañera de Palabras!!! ;)

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  9. Lo has vuelto a hacer, has vuelto a añadirnos a tus letras, Edgar: eres un crack. Me han encantado esas sutiles menciones a través de nuestros escritos.
    Un microrrelato motivador, a pesar de esa leve tristeza, de ese pequeño drama, escrito con una delicadeza palpable. Se podía volar mientras se leía. Muy bien escrito, pues logra transmitir las sensaciones que pretende. Magnífico.
    Un abrazo, Compañero de Palabras.

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    1. Si, no puedo y no quiero evitarlo. Vuestros textos forman parte de mi día a día y me gusta y me satisface expresarlo, que forme parte de mis escritos, las huellas de lo que leo y me inspira.
      Muchas gracias, Ricardo, por tu valoración y tu sentido comentario.
      Un Abrazo, Compañero de Palabras!!! :)

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  10. Un instante puede cambiar la perspectiva que tenemos de las cosas, y por lo general lo encontramos en lo más puro que tenemos a nuestro alrededor.
    Emotivo micro instante, amigo de las letras.
    Me sacaste una sonrisa con el listado del segundo párrafo.
    Abrazo!

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    1. Una reflexión que me parece tan acertada como bien escrita. La síntesis perfecta de la esencia del texto.
      Un honor, tu valoración, Federico.
      Me alegra haberte sacado esa sonrisa.
      ¡Abrazo, Amigo!

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  11. Fenomenal Edgard.
    De lo cotidiano sale lo extraordinario.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Oscard... jejejjee...
      Tal cual, como logras plasmar en tus relatos.
      ¡Un abrazo fuerte, Compañero!

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