Pararon en una estación de servicio a comprar tabaco y luego continuaron la marcha.
Aparcaron en un camino de tierra, tras el campanario, detrás del coche al que habían estado siguiendo un rato antes.
Susan intentaba abrir la llave de paso del pozo.
- ¡No va! - Exclamó un niño que permanecía quieto a su lado -.
- ¡Uy! Que susto me has dado. ¿Como te llamas, chico?
- Me llamo Daniel. Ese pozo da miedo, es muy oscuro.
- No temas pequeño, ahí abajo no hay nada, el miedo solo está en tu cabecita.
Elisabeth admiraba las lapidas del cementerio.
- Buenos días. - Dijo Rose- .
- Buenos días. - Respondió Elisabeth -.
Ambas admiraban los apellidos grabados de las familias qué, en aquel antiguo caserón, habían vivido y habían muerto.
Boris se asomó al pozo, luego su mujer. Ambos observaron la oscuridad.
- ¡Uuuuuh! ¡Que miedo! - Canturreó Boris con voz fantasmal- .
- Ja, ja, ja, ja... -Rió su mujer- .
Boris volteó el campanario, se topó con aquel lugar enzarzado, el camino estaba al otro lado, al sur de la torre. Allí se encontraban, el coche de ellos y el de las dos hermanas.
Aquel caserón parecía un pequeño castillo, con un campanario, un pozo entre rejas y un cementerio particular.
Era un lugar hermoso, cada día recibía decenas de visitas. Se respiraba calma, envuelto por un gran valle, cerca se podía oír un riachuelo de incesante murmullo.
Fin
Vaya, como cambian las cosas de día y de noche. Nuestro miedo a la oscuridad y a lo desconocido nos hace ver sentir cosas que no existen, o si... No sé, seguiré leyendo. Un abrazo Compi.
ResponderEliminarEn el primer micro, Elisabeth leía los apellidos de doce lápidas y luego Susan el de trece. Al quitar ese detalle que daba por sentado lo sucedido, aprecié que se podía obviar el resto. Entonces me pregunté ¿Y si el terror solo está en la cabecita del lector y en realidad no ha ocurrido nada malo? Y de ahí el segundo micro.
EliminarGracias, Compi. Abrazo! ;)
Todas las monedas tienen dos caras, y tú que eres experto en malabares con las palabras y los argumentos, lanzas la moneda al aire y nos muestras otra versión, la otra cara... Absolutamente genial, Edgar!! Aún me falta por leer el tercer micro de la colección, pero hasta aquí creo que tu ingenio creativo se mide por toneladas :)
ResponderEliminarSigo leyendo, una abrazo enoooorme, Edgar!!
Ese es el juego y tu lo has explicado de maravilla, yo no lo hubiera expuesto mejor.
EliminarMuchas gracias por tus halagadoras palabras, Julia.
¡Abrazo enorme, Amiga! ;)
Le diste la vuelta. Muy bueno :) Es hermoso el lugar ahora. jajaja, está padre! Voy por el tercero
ResponderEliminarSí, le di la vuelta. Ahora resulta un lugar hermoso.
EliminarMuchas gracias, Ana.
Abrazo, compañera!
Como puede la oscuridad atraparnos en una marisma de sensaciones, bueno, no la oscuridad en sí, sino el cómo nosotros la veamos. Estupendo corto Edgar.
ResponderEliminarQue tengas un feliz domingo :))
Muchas gracias, Alejandra. Así es, como nosotros la veamos.
EliminarAbrazo, compañera. Feliz domingo. ;)
Vale, hasta que no he leído tu explicación en el comentario de María, no me había quedado muy claro, aunque me había encantado la locura, el caos de los personajes hablando unos con otros; ahora, sin embargo, me quedo sorprendido con tu intención, con lo de que el miedo estaba solo en nuestra cabeza ''corrompida'' por las historias de terror, que nos hizo imaginarnos las muertes de la familia en el primer capítulo y la llegada de las hermanas..., cuando en realidad, todos coincidieron el mismo día, y un poco más adelante, se reencuentran... ¿o sigo equivocado? Voy a por el tercero.
ResponderEliminarEl primer micro es, sin ninguna duda, un planteamiento de terror en el que los personajes desaparecen, pero no se verifica. Así qué, jugando con la ausencia de la claridad de los acontecimientos, pude proponer aquí otros hechos. Todos viven y coinciden en ese caserón.
EliminarGracias, Ricardo. Abrazo, amigo.
De leerlo desde un balcon , hiciste que salte hasta otro balcon... la mente abre tantos abismos! ( SOS GROSSO CHE)
ResponderEliminarSe puede jugar mucho con lo que no se dice, con lo que parece y puede no ser.
EliminarMuchas gracias, Laura.
Saludos, compañera.
¡Edgar!
ResponderEliminarPues... Antes de leer la respuesta que le habías dado a María, me he leído esta segunda parte de arriba a abajo y de abajo a arriba... Porque me parecía que si lo leía del revés, tendría alguna pista escondida. Y, bueno, lo que me ha resultado curioso es lo de las visitas, docenas de visitaaaaaas en un mismo día y un cementerio especial...
Luego, he leído que tratabas de inducirnos miedo... ¡Cómo si ya no lo hicieras habitualmente, Apañero! Peeero... ¡Noooo! Yo sigo pensando que hay Monstruo encerrado en el pozo... ¡Pozo! Es que algo me dice que el pozo... ¡No es un pozo cualquiera! ;)
¡Me revuelves el coco! xDDD
¡Y me encanta!
¡Besines Feroces! ;)
¡Campanilla!
EliminarMe alegra hacerte rodar un poco el coco, que busques entre las pistas algo que te haga entender el conjunto. En este caso es una vuelta de tuerca, del terror al aquí no ha pasado nada.
Ese pozo... Algo tiene...
¡Muchas gracias, Apañera Feroz! ¡Besines Feroces! ;)