Todo se fue por el sumidero.
Alzó los muñones sangrantes y se miró el rostro en el espejo. No era el suyo. Eran los ojos de su mujer, las orejas de una de sus tres hijas, la nariz y los pómulos de las otras dos. El cabello era el de su suegro, las arrugas de su anciana madre y esos dientes, tampoco eran los suyos. Admiraba la sonrisa de su hermano.
Habían cesado los gritos en aquella casa. El silencio se había apoderado de las paredes, de cada habitación.
Las niñas no lloraban ni peleaban. Sara se abrazaba a su cuñado, ambos con los ojos cerrados. El abuelo no volvería a pronunciar palabra en contra de las perezas y las adicciones de Pablo. Su anciana madre no estaría una vez más preocupada por los delicados asuntos de su hijo. No lo juzgarían de nuevo.
Desaparecía frente al espejo, tras sus manos, el resto. Todo por el sumidero.
Su familia restaba en silencio en el comedor. Habían unido sus fuerzas.
Fin
Nadie te endiende mejor que tu propia familia.
ResponderEliminarNadie te enloquece tanto como tu propia familia.
Saludos, feliz domingo.
Hay que cuidar de la familia. Si se les lastima, pueden ser el peor enemigo de uno.
EliminarSaludos, gracias por leer y comentar Jorge! Feliz domingo!
El núcleo familiar a favor y en contra del protagonista. Mucho ingenio en tu micro.
ResponderEliminarFeliz noche:))
Un poco más en contra que a favor. Como me suele pasar, creo confusión por la falta de datos claros. El micro es un asesinato por parte de una familia al cabeza de esta, por envenenamiento para ser más exactos.
EliminarMe alegra que te haya parecido ingenioso.
¡Feliz día, Alejandra! ;))
¡Vaya familia! Totalmente terrorífica. Me has erizado la piel de miedo. Muy bueno. Un abrazo Compi.
ResponderEliminarMe alegra mucho haberte erizado la piel de miedo.
EliminarMuchas gracias, María.
¡Abrazo grande, Compi! ;)
Muy interesante tu micro, amigo de las letras.
ResponderEliminarMuy bueno y original, se me están desprendiendo las uñas sobre el teclado mientras te comento.
Abrazo, Edgar!
Me honra que te haya parecido interesante y original, Federico.
EliminarApropiándome de tu modo... Me sacaste una sonrisa con tu comentario de las uñas.
¡Abrazo, Amigo de las Letras!
¡Qué impresión! Muy bueno el final.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, María del Mar.
EliminarMe alegra que te impresionara.
¡Abrazo, compañera! ;)
Y yo que no dejo de ver Fantasmas entre tus Letras... Espectros vengativos que se reflejan en el Espejo, atrapados en aquella casa... Armando un ruido ensordecedor, ese Ruido que no es más que el Silencio que le sigue a una Muerte... A dos, a tres, al de toda la Familia... Porque esa frase final "Su familia restaba en silencio en el comedor. Habían unido sus fuerzas." me dice que no le dejarán en Paz, que lo van a torturar... En fin... ¡Que tiene cierto sabor macabro!
ResponderEliminar¡Besazoooooos Apañero! ;)
Aunque una historia nazca de una idea concreta se puede interpretar de miles de maneras y tus interpretaciones siempre me han parecido fantafantásticas. Tu imaginación supera a la idea original y la hace extraordinaria.
EliminarMuchas gracias, Campanilla.
¡Feroces besos, Apañeraaaa! ;)
Toda una confabulación. Pobre hombre Se vive y se presencia. Enhorabuena Edgar Besitos
ResponderEliminarExacto, una confabulación. Ese pobre hombre se lo merecía, un día te contaré por que lo envenenaron.
EliminarMuchas gracias, Mercedes.
¡Besitos, Compi!
Desavenencias familiares llevadas al extremo en este sutil y macabro relato. Como ya han dicho la familia lo es todo, para lo bueno y para lo malo...
ResponderEliminarGenial, Edgar. Puedo imaginar a la perfección la imagen del cuerpo que desaparece gradualmente por el sumidero... Da miedo!!
Un abrazo y felicidades, de nuevo te has superado :)
Sí, en esta familia habían serias desavenencias, en lo único que estaban de acuerdo, al margen del padre de las criaturas, era en que este debía desaparecer de sus vidas.
EliminarMuchas gracias, Julia.
Me alegra que hayas imaginado esa imagen de miedo perfectamente.
Gracias de nuevo, tú si que sabes animar a un escritor a seguir con lo suyo.
¡Abrazo grande, Amiga! ;)
Una historia de venganza narrada a través de unos fantasmas. Los fantasmas de una familia completa asesinada y que incluso tras la muerte, permanece unida para acabar con quien los ha matado. Por otro lado, una forma peculiar y extraña, de una gran imaginación, la forma en la que se vengan, con esa desaparición del cuerpo mientras cada rasgo de cada familiar muerto se reproduce en sus carnes y se pierde por el sumidero. Una visión deliciosamente perturbadora.
ResponderEliminarExcelente micro.
Un abrazo, Amigo de Letras.
Como ocurre con "el Caserón", la ausencia de datos claros nos puede llevar a distintas interpretaciones y la tuya me parece perfecta.
EliminarMe alegra que esa escena te haya parecido una visión deliciosamente perturbadora. Me ha encantado tu definición.
Muchas gracias, Ricardo.
¡Abrazo, Amigo de Letras!
Realmente terrorífico. Destaco la cantidad de detalles sutiles que pueblan la narración. Toda la historia resuena como un grito ahogado. Creo que aciertas al contar lo tremendo con un tono que respira casi normalidad. El final es calmo pero contundente.
ResponderEliminarMe alegra que te haya parecido terrorífico y que destaques los sutiles detalles.
EliminarMe encanta y halaga tu análisis y valoración del micro.
¡Abrazo, Alejandro!
Un micro impactante Edgar.
ResponderEliminarFelicitaciones amigo.
Abrazo.
Me alegra que te haya parecido impactante, Ricardo.
EliminarMuchas gracias, compañero.
Abrazo.