sábado, 28 de febrero de 2015

Flores para Julieta

Los sesos de Julia resbalaban por la descubierta espalda de Gala, la mujer de Dalí delicadamente pintada sobre un lienzo que allí no se encontraba, como si al propio genio se le hubiera desecho el pincel sobre el cuerpo desnudo de su musa, pedazos del cuero cabelludo de Julia cubrían la falsificada obra , ante ella, un hombre, con chaleco blanco y pajarita granate, sostenía el humeante revólver con el que acababa de disparar.

Tres meses antes de que la muerte llamara a la puerta, la pareja regresaba de un lucrativo viaje que no había dado su esperado fruto, en el avión, de vuelta de Santa Mónica, el matrimonio recordaba, cada uno desde su propio silencio, como años antes se dedicaban besos y versos, al más puro estilo Shakesperiano, se llamaban el uno al otro, Romeo y Julieta, en aquel apesadumbrado momento se encontraban en la lejanía de su amor, ahora tan solo eran Román y Julia y aunque su pasión se había quedado en algún cajón de su antiguo apartamento, en el lujoso dúplex de Nueva York seguían coexistiendo como un triste dúo a las puertas del divorcio, sin hijos y sin esperanza.  Lo único que ganaron en aquel lucrativo viaje fallido fue un amigo en común, pronto iría a visitarlos para ofrecerles a cada uno de ellos, un presente inolvidable.

A la semana de regresar a su hogar se presentó Richard, el joven Inglés con quién entablaron especial amistad en Santa Mónica, pasó unos días en el dúplex de ellos, hasta que marchó, al parecer, al piso de estudiantes donde se encontraba una de sus muchas amantes.

En la breve estancia en casa del frágil matrimonio, grandes amigos, compañeros de risas, alcohol, fútbol americano y charlas de copa y puro, los dos hombres se confesaban penas, angustias y sinsabores del presente y pasado de sus vidas, el regalo de Richard a Román fue la confianza que acrecentó en él.

Cuando Román estaba en el trabajo, sumergido en burocracia y papeleo de gestoría e inversión, Richard hacía de los placeres de Julia su motivo de ser, satisfaciendo todos sus caprichos carnales, extasiándola con su viril portento, llegándola a enamorar por haber logrado que de nuevo se reencontrara con su pasión marchita.

- Querido Richard, sé que debes irte - le confesó Román - pero antes, aconséjame amigo mío. Julia está distante, hace meses que no hacemos el amor...

- Regálale flores, una cena íntima, una mesa al lado de la cama, para qué, acabado de saborear el último plato, seáis postre de vuestro gusto, a un paso del lecho, y allí, os sintáis unidos, reavivando la llama.

Richard siempre hablaba como si escribiera poemas.

Con el tiempo, en ausencia de su nuevo amigo, Román recordó el consejo, preparó una deliciosa cena, servida junto a la cama, velas, vino y una dulce melodía de Frank Sinatra en el tocadiscos con trompeta dorada.

Mientras cenaban, el fuego interno pareció encenderse de nuevo, por un instante, se besaron con el vino rosado en los labios, se llamaron el uno al otro Romeo y Julieta, solo faltaban las flores.

Román se fue al lavabo y llamaron a la puerta.

- Traigo flores para una hermosa mujer, se oyó tras la puerta.

Un hombre rubio con chaleco blanco y pajarita granate sostenía un ostentoso ramo de orquídeas salvajes, de entre ellas asomaba el fino cañón de una LeMat de nueve cartuchos.

Román se retorcía por el pánico, desnudo y acurrucado en la esquina del lavabo, gemía mientras oía acercarse desde el otro lado al asesino, ensordecedor eco del macabro paso, escalofriante gruñido de una puerta desprovista de pestillo y un segundo disparo. En el espejo lágrimas rojas resbalaron hacia el desagüe del lavamanos.

"Dos balas, una para Romeo, otra para Julieta"... Reía el hombre de traje oscuro trás el hombre de chaleco blanco.

Suavemente, el hombre rubio, desabrochó un colgante que lucía en el pecho la mujer sin vida.

Una pieza única y extremadamente valiosa que le regaló un ex amor, que por dependencia, había continuado viviendo con ella hasta aquel mismo día, en el que parecía que la pasión de ambos, regresaba de nuevo a sus vidas.

El portador de muerte y orquídeas se dio la vuelta y entregó la joya a Richard. Se abrazaron y se besaron fugazmente, antes de abandonar la escena del crimen.
Tal y como quedó registrado en el archivo policial, Román sostenía el revólver en su mano, representando gráficamente el segundo y suicida disparo.

Tres meses antes, en Santa Mónica, Richard y Conrad observaban desde la última fila, como un matrimonio fallaba en su intento por vender una mala imitación de un cuadro donde lucía Gala, mujer y musa de su autor, tampoco lograban vender un exquisito colgante de gran valor, La Orquídea Salvaje, bello cuarzo morado con delicadas hojas de oro blanco.


                                                                             FIN

21 comentarios:

  1. Atenta leyendote...y como en una movie 3D..lo pinté en mi cabeza igualito XD...insisto explicas de buena forma,cuerpo de tu cuento y bien llevado al final, con un remate sencillo profundo y romantico,para mi...jiji tal vez otros lectores lo vean diferente jiji disfruto de lo que escribes,gracias!

    "El portador de muerte y orquídeas se dio la vuelta y entregó la joya a Richard. Se abrazaron y se besaron fugazmente, antes de abandonar la escena del crimen.
    Tal y como quedó registrado en archivo policial, Román sostenía el revolver en su mano, representando gráficamente el segundo y suicida disparo."

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    1. ¡Gracias Ady! A demás me has hecho ver un error, me faltaba un "el" entre "en" y "archivo". Mil gracias por la buena crítica, un abrazo!!!

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  2. Siempre, desde que descubrí tu blog, te leo con atención. Pero si además tu prota se llama como yo (o yo como ella), garantizado que no me perderé una coma del relato hasta el final!! Qué decirte, Edgar, me ha encantado :)

    El argumento es original, la historia está muy bien contada, la psicología de los personajes está bien perfilada y el final es sorprendente, tiene todos los ingredientes para ser un texto genial. Solo lamento que mi tocaya haya termiando tan "malamente". Creí que traicionaría a su marido y se fugaría con su nuevo amor, ya ves qué ilusa.

    Un abrazo grande, Edgar, y gracias por este ratito de emoción y buena lectura :)

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    1. ¡Muchísimas gracias Julia! Yo también disfruto mucho con tus escritos. Un abrazo grande amiga!!!

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  3. Hola Edgar.
    Un buen cuento.
    Me gustó: tiene suspenso, es intenso y las imagenes son claras e inquietantes.
    Felicitaciones.
    Abrazo.

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    1. Gracias Ricardo! Me alegra que te haya gustado, un abrazo!

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  4. Un thriller intenso, lleno de intriga y espectacular. Uno de los mejores relatos que te he leído. Como dicen, unas imágenes claras (lo del chaleco blanco y pajarita granate me encantó). Narrado de una manera clara, colocando cada cosa en su sitio, aumentando la tensión en cada momento, cada párrafo. Muy bueno, Edgar.
    Un saludo.

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    1. ¡Muchísimas gracias Ricardo! Un comentario y una crítica que me animan a seguir escribiendo, un abrazo!

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  5. Me ha gustado mucho. Muy bien relatado. Te mantiene en suspense todo el tiempo. Y el final lejos de lo que parecía en un principio. Me ha sorprendido. Genial. Un abrazo.

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    1. ¡Muchas gracias María! Contento de que te haya gustado, un placer y un fuerte abrazo!

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  6. ¡Edgar! ¡Lo he leído un par de veces!
    Porque... ¡Por Dior! Estoy viendo trocitos de cerebro en la pantalla de mi móvil... ¡Madre mía! Tus Letras se ven, más que leerse...
    Y lo de Romeo y Julieta... Ese juego con los nombres, ¡ha sido genial! *-* Muy poética esa muerte de "lágrimas rojas"... ¡Me fascinan esas comparaciones! ^^
    Y la Parejita... ¡Ya se podía haber machado un pie! ¡Qué puñeteros! U.u
    ¡Besiiiiis! ;)

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    1. Jajajjajaja... Mil gracias Campanilla!!! Encantado de que hayas gozado visceralmente con el relato! Por cierto, ¿Que significa "haber machado un pie"? Desconozco el dicho aunque en el contexto supongo el significado ... Un abrazo!!!

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  7. Magnífico relato. Palabras bien elegidas y la tama muy bien llevada. Me gusta como trabajas con el tiempo, yendo y viniendo de atrás a adelante con mucho desparpajo. Acabo de descubrirte gracias a Ricardo, pero estaré pendiente a tus escritos (en la medida que el tiempo me lo permita).

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    1. ¡Muchísimas gracias Alejandro! Yo también te descubrí por Ricardo, nos seguimos leyendo pués en la medida del tiempo que dispongamos! Saludos!

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  8. Intenso relato, Edgar. Una atmósfera muy bien lograda, llena de suspense. Muy bueno.
    Un abrazo.

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    1. ¡Muchísimas gracias Federico!
      Un verdadero honor tus palabras, me alegra que te haya gustado.
      Un abrazo!

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  9. Me ha encantado el relato, el suspense, las imágenes formadas. Todo Un abrazo Edgar.

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    1. ¡Mil gracias Mercedes! Un honor que te haya encantado!
      Un abrazo!

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  10. Un relato con mucha acción y creatividad. Me has permitido usar mi imaginación y llevar a mi mente todas las escenas que describiste. Excelente Edgar. Saludos :D

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    1. ¡Muchísimas gracias Kina! Me alegra que el texto te invitara a usar la imaginación, un placer!
      Saludos ;D

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