martes, 17 de marzo de 2015

Feliz Cumpleaños 2 (El Regreso de Madre e Hija)


Ambas fueron tocadas por la roja mano del diablo, desde el mismo momento de su nacimiento.

Abrieron las puertas que conducían al camino tenebroso, donde el cuchillo, el mazo y el fuego, todo lo podían borrar.

Un sendero a las profundidades del terror y la sangre.

La Venganza solo fue la llave, ahora el mundo entero se presentaba ante ellas, bajo el filtro de sus miradas, hambrientas de suculento horror.

                                                                           *   *   *

- ¡Eres una maldita perra, Mónica! - Le gritó su novio, ante sus compañeros de trabajo-.

Ella lo observaba con los pies anclados al suelo, sus manos apoyadas en las caderas y la cabeza ligeramente inclinada, hizo una pequeña pompa con el chicle de fresa y lo explotó hacia dentro, creando ese sonido metálico tan sugerente, con aquel generoso escote, ventanal de dos enormes pechos, sus pezones señalaban directamente a los ojos de Marcos.

Imaginaba su masculino rostro, su pronunciada mandíbula, su cabello graso y moreno, su hermosa cabeza de chorlito sería una piñata perfecta, sus sesos saldrían por el lóbulo izquierdo, el bate de metal golpeado con saña, trocitos de cerebro como golosinas, chucherías viscosas, creando un precioso cuadro surrealista en la pared de su habitación, justo al lado del póster de Evil Dead.

Mónica regresó de su elucubración al mundo de los seres despiertos, abrazó fuerte a Marcos, sonrió, se mojó los gruesos labios pintados de fucsia love y le besó el cuello, antes de susurrarle en el oído:

- Tu maldita perra, Marcos.

Él le dio media vuelta, la agarró de las tetas y salieron fuera del Star Burguer, su turno había acabado.

Al día siguiente era el cumpleaños de Marcos y este no quería romper con Mónica antes de tiempo, deseaba que esos morritos gordos besaran a su amiga, barra de carne, por última vez, pensó que sería un buen regalo de despedida.

El jefe de aquella franquicia era el padre de Marcos y les había cedido el local para la siguiente noche, tras cerrar las persianas al público, allí celebrarían su veinticinco aniversario.

Grasientas hamburguesas, patatas fritas, no podían faltar unos deliciosos nuggets y alcohol, muchísimo alcohol, mas una buena sesión de techno para desencajar huesos.

                                                                             *   *   *

Laura mantenía un idilio con Santiago, padre de Marcos y dueño del Star Burguer, ambos se presentarían por sorpresa en la fiesta de sus hijos, la madre de Mónica llevaría un gran bol de ponche de huevo para amenizar el jolgorio, luego se marcharían, dejando a los jóvenes acabar la noche hasta altas horas de la madrugada.

Laura solo quería tener un detalle con el novio de su hija, como señal de agradecimiento hacia su padre, que llevaba un par de meses pagando todas sus facturas, eso sí, engañándola con cualquier jovencita que se le pusiera a tiro en su despacho, donde acumulaba currículums, con la falsa promesa de obsequiarlas con un puesto de trabajo, en aquellos horribles tiempos de crisis.

Mónica y Marcos tumbados desnudos en la cama de él, miraban una película en la pantalla de alta definición, un hombre con chaleco blanco y pajarita granate se daba la vuelta, cara a cara con un personaje de traje oscuro...

- Segundas partes nunca fueron buenas, Conrad-.

El disparo de una LeMat de nueve cartuchos le hizo un tercer ojo en la frente al hombre teñido de hollín, un boquete por el que se podía ver al otro lado, una diabólica y estridente risotada.

- Menuda mierda de peli, ¿No? Preciosa.

- Pues sí, ¿Follamos?

Al día siguiente, a las 22:45 de la noche, Marcos bajaba la persiana metálica del Star Burguer, seis colegas preparaban las hamburguesas y el resto de la cena, Juanka pinchaba el tema de "Feliz Cumpleaños" versión bombo, rebombo y waka waka.

- ¿Que llevas en esa bolsa de deporte que has dejado en el vestuario, cariño?

- Tu regalo, mi amor, tu regalo.

Tras la indigesta comida basura, cubata viene, cubata va, la persiana se abrió sin que nadie prestara atención, allí estaban Laura y Santiago con el gran bol de ponche de huevo.

                                                                            *    *    *

Laura le propuso a su amado ir un momento a su despacho, quería agradecerle todo lo que estaba haciendo por ella y por su querida hija, antes de abandonar la fiesta.

Mónica fue al vestuario en busca de aquella bolsa de deporte que pesaba como un muerto.

Eran las doce en punto, Laura tenía en sus manos la carnosa vara de Santiago, a punto de introducírsela entre sus labios Red Passion, Mónica en las suyas sostenía el mango de un gran mazo de hierro, aún lucía sangre reseca, de algún otro aniversario, en su brillante cabeza de metal pesado.
Santiago gemía con los ojos en blanco, sentado e inclinado hacia atrás, con sus bastas y gruesas manos  posadas sobre los hombros de Laura.

Marcos se preguntaba porque demonios tardaba tanto aquella maldita perra, solo podía imaginar una última mamada de cumpleaños antes de darle puerta, estaba de espaldas a la mesa donde Juanka ponía el odioso tema del "Pollito pío" cuando...

Mónica levantó el mazo un metro sobre su cabeza y lo dejó caer con fuerza.

La cabeza de su madre se espachurró con el miembro de Santiago aún en su boca, los ojos reventaron junto a los testículos de su amado, mezclándose en una viscosa salsa de sangre y esperma.
El estridente y agudo alarido de él estremeció al mismísimo diablo, que agarró su corazón carbonizado del susto.
Allí en el infierno temían el momento en el que descendiera la esbelta figura de Mónica.

- Me he cansado de tí, ¡Madre!. - Rió la chica antes de escupir sobre su curvada espalda -.

Al otro lado del pasillo y de las puertas de la sala comedor, nadie había oído absolutamente nada, con los bafles retumbando el tema versionado de Terminator del Máquina Total 3.

Mónica, con la cara hecha un cuadro abstracto, surcos de rímel y lágrimas de sangre, volvió a unirse a la fiesta, esta vez, cuchillo en mano.

Como un tornado, giró y giró, dando vueltas como una bailarina del Lago de los Cisnes, blandiendo la hoja de su gran puñal, tajando a los invitados, en el vientre, en los brazos y piernas, clavando y desclavando su cuchillo, al son de la música, una y otra vez sobre los cuerpos de los que allí, embriagados por el alcohol y el ambiente festivo, iban cayendo al suelo con sus mortales heridas.

Dejó a Marcos para el final, arrodillado suplicaba por su vida, Mónica de un solo movimiento perfecto, abrió una enorme brecha en su cuello, dio media vuelta como último paso de aquel macabro baile y sonrió satisfecha.

23 de abril, también era su cumpleaños, Mónica soplaba sus veinticinco velas sobre la cabeza de chorlito de su ex-novio.

Regresó al vestuario, agarró su bolsa de deporte y sacó un pequeño bidón de gasolina.

Empapó los cadáveres y todo el local, abrió a medias la persiana metálica, entonces vió allí ,sobre la barra, el gran cuenco de ponche de huevo, aún tapado con film transparente.

Se sirvió un buen vaso y bebió un gran trago.

Se acercó a la salida y encendió una cerilla, alzó el vaso y musitó...

- Feliz Cumpleee .. Aaaa... Ñooooos - Su cuerpo se desplomó irremediablemente, su madre había rellenado aquel brebaje con una buena dosis de somníferos y ketamina líquida para celebrar aquella velada, de terror y sangre, junto a su hija-.

El fuego prendió el río de gasolina que había llegado a empapar el bello rostro de Mónica.

Todo ardió, el Star Burguer, la carne humana, la carne inhumana, las huellas, el pasado, el presente e incluso el futuro.

En un infernal instante, se acabó la fiesta.


FIN

Para leer "Feliz Cumpleaños 3" pincha
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12 comentarios:

  1. Vaya madre e hija. Da pavor encontrártelas en algún sitio. Cuidado con quien invitas a tu cumpleaños. Terrorífico Edgar. Un abrazo.

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    1. ¡Gracias María! Me alegra que te pareciera terrorífico, un abrazo!

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  2. Macabro e intenso relato, estimado Edgar, lleno de gore y salpicado de erotismo. Me gustó. Un abrazo!

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    1. ¡Gracias Alonso! Es como la mayoría de las segundas partes de las películas de terror, más sangre, más sexo... Un pequeño homenaje a esos títulos de directores principiantes que aprovechan el filón de una buena y de éxito primera parte.
      Me alegra que te gustara!
      Un abrazo!

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  3. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero no es verdad. Tu segunda parte es tan buena como la primera!!

    Madre e hija son dos seres ruines, diabólicos y despreciables, por eso no siento pena por ellas. Lo único que me dan es miedo, muuuucho miedo! Menos mal que acabaste con las dos :)

    Un relato estupendo, Edgar. Ameno, interesante, muy bien narrado y sobre todo terrorífico. Gracias!!

    Un abrazo grande.

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    1. ¡Muchísimas gracias Julia! A mí, personalmente, me gusta más la primera parte, está es más simple, pero me mola su rollo desinhibido, es como las segundas partes de pelis de terror, pim, pam, tetas y sangre!!! jajajajaja
      Seeeee, son malas, malas, malas, así que ¡Ala! Pal hoyo con las dos!!!
      Mil gracias por tu genial crítica!
      Abrazo grande, amiga!!!!

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  4. ¡Buah! ¡Sangre, sexo y jolgorio! Sí, sí, que es todo una homenaje a esa pelis mega gores que me tragaba cuando era una pipiola... ;P
    Tiene un rollo super festivo, me refiero a fresco, casi rozando lo divertido... Y, al mismo tiempo, ves la sangre, las vísceras y cada uno de los pasos de baile que se marca Mónica... De hecho, perfectamente se podría escuchar una melodía mortal envolviendo la escena..
    Además, es más directa que la primera parte...
    Y el "Pollito Pío"... ¡¡Aiiiix!! "¡Me he morío!" xDDDD
    Por cierto... ¿Has estado estudiando el catálogo de colores de pintalabios? ;P
    ¡Besines!

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    1. ¿Existen? ¡Me los he inventado!
      Jajajjajaja....
      Bueno, bueno, bueno...
      Me llena de orgullo y onda satisfacción.... Sexooooo, Sangreeee, pollito piooooo, ¡Que alguien mate a ese jodío pollo porfavooor!
      Pues ala, preparo el homenaje a las terceras partes, sexo necromántico, zombis y sangre de color negruzca visceral....
      ¡Gracias Campanilla!
      ¡¡¡Besines y abracines!!!

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  5. Una segunda parte que está muy bien, más corta que la primera, pero a su nivel. Con doble sorpresa: primero cuando mata a la madre, y segundo cuando empieza a dormirse tras tomarse el vaso de ponche. Acabas con las dos de una manera muy real, un final ''digno'' y merecido para esas dos perras; ya no volverán a celebrar más fiestas ni a su manera especial ni a ninguna,
    Narración directa y trepidante, amena. Gore puro y duro donde entra también el erotismo explícito. Un gran relato.
    Un saludo, Edgar.

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    1. ¡Muchas gracias Ricardo! Cuándo escribí esta segunda parte tuve claras dos cosas, debía ser más corta y directa, me alegra que te haya gustado y que percibieras esas características del texto.
      ¿No volverán a celebrar más fiestas? Averígualo con la tercera y final parte de esta trilogía...
      ¡Un abrazo compañero!

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  6. En esta segunda parte se asiste a un matricidio inesperado, ya que madre e hija parecían tan unidas habida cuenta del bautismo de sangre, fuego y muerte que tuvieron años atrás en el primer cumpleaños. Sin duda el descuido de Mónica con el ponche puede haber sido mortal para ella misma (digo "puede" porque si hay tercera parte no se sabe si ella muere realmente), pero por ahora la bacanal de muerte, sangre y sexo ha sido condimentada con un fuego purificador.

    ¡Un saludo!

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    1. Y tan unidas por ese bautismo de sangre, fuego y muerte... A partir de este final, las llamas del infierno aunarán aún más si cabe a este desalmado par.
      ¡Muchas gracias por tu lectura y comentario, J.C.!
      ¡Saludos, Compañero!

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